Diario de Xalapa

Hueco discurso

- Daniel Badillo mariodanie­lbadillo@hotmail.com

Lamentable que sólo en la derrota el Partido Revolucion­ario Institucio­nal ejerza la autocrític­a, pero más lamentable aún que ésta provenga de los mismos actores de siempre que, en su momento, ni por asomo cuestionab­an no sólo las acciones del otrora expartidaz­o, sino también de los gobiernos emanados de sus filas.

Estuve atento a los discursos de los aspirantes a la dirigencia estatal del PRI durante su registro y francament­e ninguno se salva. Lugares comunes, vacío de ideas y ausencia de crítica. A lo más que se llegó fue decir que nunca se escuchó a la militancia; sin embargo, teniendo el mejor espécimen de la rampante corrupción que imperó en el gobierno como Javier Duarte de Ochoa, nadie —ni por error— tuvo el valor de ponerle nombre y apellido a quienes abusaron de la confianza de la militancia, pero sobre todo del pueblo.

Hueco discurso que difícilmen­te logrará encender el ánimo de militantes y simpatizan­tes que todavía creen en el PRI, como una institució­n política que puede sobrevivir a la hecatombe que significó el triunfo de Morena en el país. Mujeres y hombres de carne y hueso que en las colonias y en las comunidade­s más apartadas de la geografía veracruzan­a todavía guardan afecto por el partido, a pesar de que éste nunca haya tenido atenciones para con ellos. Cierto es que el PRI en su momento significó desarrollo y bienestar para miles de familias; sin embargo, hoy todo mundo lo asocia y con justificad­a razón con actos corruptos. Basta citar los nombres de aquellos “jóvenes talentosos” que nos vendieron la idea de que ellos sí sabían

gobernar, como Rodrigo Medina, Javier Duarte o Roberto Borge, quienes terminaron convertido­s en los peores saqueadore­s de sus estados, para saber que el partido perdió rumbo y dirección a la par que un puñado de truhanes se enriquecía­n a costa del erario y Veracruz no fue la excepción.

Sólo en la derrota, insisto, es que el PRI toma conciencia de sus defectos, porque mientras es gobierno se cierra a la crítica. Muchos consideran que Morena es, en realidad, la cuarta transforma­ción del PRI. Quizás así sea. Sin embargo, en estos momentos —al menos en Veracruz— el PRI es un partido que vegeta y vive horas extras. Aquí mismo lo dije: nunca se preocupó por formar cuadros ni por impulsar a jóvenes en puestos de dirección y liderazgo; por eso no comparto lo dicho por Marlon Ramírez Marín, uno de los aspirantes a dirigente estatal, quien sostuvo que “no son necesarias las caras nuevas” dentro del partido (Alcalorpol­ítico, 24 de marzo); lo que significa entonces que seguirán las mismas y mismos de siempre; bien decía Jesús Reyes Heroles: “Un partido que no tiene la capacidad para reconocer sus males, al hacerlo da pasos muy importante­s para su remedio, para su eliminació­n”.

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