México egoísta
¿Por qué nos hemos vuelto tan escépticos e indiferentes? ¿Será que nos hemos acostumbrado a la problemática seguridad y economía y esto nos ha vuelto insensibles?
Aquellos animales que consideramos inferiores cazan, construyen refugios y atienden a sus crías en comunidad. Y nosotros, ¿debemos resignarnos a que el destino de la humanidad sea el egoísmo? Los antiguos griegos usaron una palabra para definir a las personas que desdeñaban los asuntos de la sociedad… le llamaban idiota.
No todo está perdido. Ahí están Alma Celia Daniel y sus Libélulas del Alma, que en el Instituto Nacional de Pediatría recaudan fondos para prótesis, aparatos médicos y medicamentos. Ahí están los Angelitos de Cristal, cinco familias con hijos que padecen osteogénesis imperfecta, una enfermedad congénita que hace que sus huesos sean extremadamente frágiles; su tratamiento es muy costoso. Ahí está Comunicación para la Inclusión, dirigida por Katia D’Artigues que con Bárbara Anderson luchan juntas para que no desaparezca el Conadis, lo que sería mucho más que una bofetada para un grupo vulnerable como las personas con discapacidad. Ahí están. Y como ellos, miles.
Eso es filantropía: procurar el bien de las personas de manera desinteresada. Las organizaciones de la sociedad civil son un apoyo natural al trabajo del gobierno cuando los esfuerzos institucionales no alcanzan; no sus adversarios. Las componen ciudadanos que buscan cambios, sumar voluntades y sin duda, un México mejor. Ésta es una nación que sabe de solidaridad y de salir adelante… juntos, incluso cuando una catástrofe nos aplasta. ¿Por qué no podemos poner en práctica esa capacidad en asuntos más cotidianos? ¿Podemos dejar a una madre sin la ayuda de una estancia infantil para que pueda salir a trabajar? El 28.5% de los hogares mexicanos tiene como cabeza de familia a una mujer (INEGI).
Las necesidades de la gente son infinitamente distintas. El joven Fabián Rangel no puede leer música... es ciego. Aun así, toca magistralmente el violín y la guitarra. En la Orquesta Esperanza Azteca de Valle de Bravo encontró formación musical, amigos y otra perspectiva del mundo.
Hay 83 orquestas nacidas de Fundación Azteca, que han beneficiado a más de 15 mil jóvenes de entre 5 y 17 años. Hay mil 300 maestros que fortalecen valores y el tejido social con la disciplina y el arte de la música. La suma de recursos públicos, privados y de patronatos locales ha hecho una diferencia grande y valiosa.
Fundación Azteca realiza muchas más labores sociales. La campaña Limpiemos Nuestro México ha recolectado 188 mil 500 toneladas de basura con el esfuerzo de más de 8 millones 800 mil voluntarios. El Plantel Azteca va en su 20a generación de secundaria y 17a de bachillerato con más de 11 mil estudiantes de escasos recursos y calificaciones de excelencia. Con el impulso de Donativo Hormiga, la Red Social Azteca otorga donativos a las organizaciones civiles que lo necesitan. ¿Debemos retirar los recursos a una forma legítima y democrática de participación ciudadana?