Diario de Xalapa

Los años pasan y Xalapa no cambia

- Hsilva_mendoza@hotmail.com

Hace un par de sábados leí esto en mi Diario, es mi crónica de un día de hace cuatro años “En mis viajes academia y recreo logrados con esfuerzo, ahorro e ilusión, por ciudades de mi patria y el mundo, sitios, bellos con tradición y linaje, pero… México siempre te extraño y deseo me esperes siempre.

Vuelvo con alegría pero con frecuencia, cuán triste me hace el llegar. Hace poco regresé después de asistir a un evento relevante de actualizac­ión en enfermedad­es del riñón y trasplante renal. Platiqué, conviví con gente de alto nivel humano, de elevada compresión del compañeris­mo y, por su calidad humana, seres sin ímpetus de impresiona­r ni presumir lo que son. Cuánta alegría se siente al conocer y reencontra­r gente así. El gran hospital sede del evento inspira respeto, imprime su esencia académica, da a respirar un halo de elevada humanidad.

Varios días de levantarse a las 5:45 de la mañana, desayunar a “la americana” y disfrutar ocho horas de sesiones coordinada­s por expertos consagrado­s en los

fue compensado por abrevar lo nuevo de la ciencia, pero más por convivir con gente abierta, desprovist­a de poses y actitudes incongruen­tes que su calidad humana y académica interna les permite prodigar. temas. En la sesión vespertina, mesas redondas y simposios impartidos por señores de la escena científica de la medicina. Al anochecer los 120 asistentes al evento, exhaustos, con ganas de quitarse los zapatos y abrir los artejos a placer sobre la cama, retornábam­os presurosos al hotel.

El esfuerzo fue compensado por abrevar lo nuevo de la ciencia, pero más por convivir con gente abierta, desprovist­a de poses y actitudes incongruen­tes que su calidad humana y académica interna les permite prodigar. La ciudad sede es impecable, limpia con tráfico intenso pero fluido y ordenado.

Los días pasaron y llegó el regreso a mi ciudad con alegría porque mi Xalapa “me esperaba”, según “mi percibir” de siempre.

Cuando el autobús abordó la carretera para entrar a Banderilla, ¡qué suplicio señoras y señores! El transcurso del vehículo fue lento, tedioso, incursiona­ndo por callejas que no supe cuáles eran. Por la ventanilla del autobús vi casas llenas de lodo, desolación, hoyancos, a los que caímos muchas veces zangoloteá­ndonos bruscament­e el occipucio. Esto es lo que recibe al visitante. La gran rúa Lázaro Cárdenas no se diferencia en lo más mínimo, y ahí el tráfico fue denso, lento y de tedio tenso”. Este monólogo de mi alter ego y yo fue hace cuatro años, y hoy el asunto está peor.

Xalapa ha perdido la imagen de la ciudad que siempre he amado. Considero que lo que las autoridade­s hacen para “arreglar” la avenida Lázaro Cárdenas no es lo adecuado urbanístic­amente y veo que Xalapa es un desorden, un desequilib­rio caótico en el tráfico vehicular y en muchas cuestiones más que lastiman el sentimient­o del verdadero xalapeño, que ve a su ciudad inmersa en el desgobiern­o. Xalapa necesita una mano dura, inteligent­e y sensible… de un xalapeño con experienci­a en la administra­ción pública para que sea lo que esperamos que sea.

El esfuerzo

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