Las profecías del Papa Juan XXIII

El Papa número 261, en la lista del papado del Vaticano, Juan XXIII, todavía es recordado como uno de los papas más carismáticos de la historia. Dirigió los destinos del Vaticano entre 1958 a 1963, y son varias las anécdotas con que es recordado.

Cuando fue nombrado el representante de Dios debía salir al balcón para saludar a la impaciente grey y al medirse la sotana, ni la más amplia le quedó. Tuvieron que trabajar a marchas forzadas para arreglar ese detalle y el Vicario de Dios dijo en son de broma: “Todos me han nombrado representante de Dios, menos el sastre que se olvidó de mí”. En ese año se produjo un alza de precios en Italia y ordenó se elevara el salario de los subordinados en el Vaticano, y al cuestionársele sobre esa medida respondió, refiriéndose a su masa muscular: “Es obvio que ahora cobréis más, yo peso el doble que mi antecesor Pio XII”. Pero nadie olvida el don de la profecía de este Papa, cuando en 1935, al participar en un ritual de iniciación, en el templo italiano de la Rosacruz comenzó a hablar con una voz que no era la suya. El Gran Canciller de la Orden, impresionado por lo que escuchaba, escribió esas predicciones, y en 1976 las escribió en un libro titulado “Le Profezie di Papa Giovanni”. En ese entonces Giovanni era Arzobispo de Mesembria. Y casi todas las profecías se han cumplido. Entre ellas encontramos: “El fin de la sociedad de las naciones, y el surgimiento de Adolfo Hitler y la Alemania Nazi. Los juicios de Nûremberg, donde se nombraron a los criminales nazis para ser juzgados. El lanzamiento de las bombas atómicas en Hiroshima y Nagasaki. La caída del imperio británico. El asesinato de Mahatma Gandhi. El asesinato del presidente norteamericano John F. Kennedy y su hermano Robert, y la elección del Papa Juan Pablo II. La lista es larga, pero Dios concedió a su siervo el don de la profecía, y el de haber tenido un encuentro de tercer tipo, en 1961, privilegio otorgado a poca gente.