Miguel A. Cruz
En nuestra sociedad mexicana hay frases
muy conocidas y usadas a menudo como la siguiente: “La mentira dura mientras la verdad llega”, misma que utilizamos cuando alguien nos miente; ¿pero podemos descubrir la verdad de manera certera e inmediata?
Los científicos del siglo pasado nos aseguraban que sí, que existía un nuevo invento llamado polígrafo o detector de mentiras, que con ese instrumento se lograba saber la verdad o mentiras que decía el individuo que se sometía a su escrutinio mental y emocional, a la fecha tal instrumento se sigue utilizando tanto en empresas particulares, como en instituciones públicas e incluso en investigaciones policiales y judiciales, pero ¿qué tan certero es el polígrafo? Veamos.
Al polígrafo se le conoce mejor como una “máquina de detectar mentiras”. Esta máquina utiliza una serie de variables para registrar intentos de engaño, mediante con la presión sanguínea, la respiración, el pulso y la actividad electrodérmica. El italiano Cesare Lombroso destacado antropólogo y criminólogo del siglo pasado, estudió la relación que existe entre los cambios que se desarrollan en el sistema cardiovascular y la reacción corporal con la mentira. Focalizó su investigación en dos aspectos del ser humano: el ritmo cardíaco y la presión sanguínea. A partir de este estudio, mediante nuevos desarrollos y progresos en la técnica del comportamiento humano, contribuyeron a la creación del polígrafo. El origen del polígrafo data del año 1938 y se le atribuye a sus inventores los estadounidenses John Augustus Larson del Departamento de Policía de BerkeleyCalifornia y Leonarde Keeler. El polígrafo fue inventado originalmente por John Augustus bajo el nombre de “cardioneumo psicograma”, luego desarrollado y perfeccionado por Leonarde Keeler, para después ser vendido al “Buró Federal de Investigaciones” (FBI) que comenzó a utilizar el polígrafo como instrumento de interrogación o entrevista a potenciales sospechosos; vale indicar que, tras ver cómo los detectives y policías estaban utilizando su tecnología, Larson lamentó haber inventado el “cardioneumo psicograma” (polígrafo) y combatió su invento por muchos años.
Cuando empezó a utilizarse esta máquina, muchos son los expertos de la materia que se plantearon las mismas preguntas que, incluso en la sociedad actual, están a la orden del día: ¿es el polígrafo un procedimiento eficaz ante todas las personas que se someten o hayan estado sometidas a él?, ¿Es fácil burlar su sistema de detección? ¿Hasta qué punto debería estar considerado como un método infalible para detectar mentiras?
Son dudas razonables tenien
do en cuenta que la máquina es capaz de poner a sus víctimas en entredicho y crear situaciones de ambigüedad si no se sabe responderlas. A continuación veremos cómo funciona el polígrafo y hasta qué punto es eficaz. El proceso de examen no es muy complicado. Consiste en varios pasos: 1. Hay una entrevista a la persona previa al examen con unas preguntas preliminares, que tienen el objetivo de obtener información sobre la que se deben basar las preguntas diagnósticas. 2. Se le explica al entrevistado cómo funciona el examen con polígrafo, cuáles son las preguntas diagnósticas, cómo debe responderlas y cómo se determinará que dice la verdad o si miente. En ese sentido, no habrá sorpresas. 3. Al comienzo en que se le examina con polígrafo, se lanzan unas preguntas básicas, para observar cómo el entrevistado responde fisiológicamente a ellas. 4. Se le formula al entrevistado las preguntas “relevantes”, estas son las que tienen como objetivo descubrir su veracidad con la máquina. 5. Se interpretan los datos registrados por el polígrafo, comparando las preguntas control con las relevantes. Actualmente, en el caso de administradores profesionales, esta interpretación de los datos lo determina un software.
¿Cómo se utiliza? El funcionamiento del aparato en sí no requiere gran habilidad por parte del experto que la maneja; éste “sólo” se encargará de prestar atención al entrevistado y los resultados que salgan de la prueba poligráfica. Como ya se mencionó, la persona con la que se quiere utilizar el polígrafo participa en una conversación ante el experto entrevistador poligráfista y mediante la estimulación, más conocida como Stim Test se desarrolla la prueba poligráfica, en la que la persona es conectada a una serie de sensores que analizan su reacción fisiológica y ésta es revelada en un papel impreso por la misma máquina. En ese papel aparecen los registros de la actividad fisiológica que el individuo ha tenido mientras se le planteaba cada pregunta, con esquemas de distorsión o de extensión de variantes positivas a negativas. En nuestra próxima colaboración hablaremos sobre “EL DETECTOR DE MENTIRAS SEGUNDA PARTE”; claro, si el gran arquitecto del universo y el director del vocero de la provincia, que es el gran medio de comunicación de los veracruzanos me lo siguen permitiendo.