Diario de Xalapa

La boca: un mundo desconocid­o

Bacterias, virus y hasta hongo, lo que se "hospeda"

- BERTHA PÉREZ HERNÁNDEZ/ TOBÍAS PORTILLO BOBADILLA

Bacterias, virus y hasta hongo, lo que se "hospeda"; científico­s advierten sobre afectacion­es a la salud.

Desde que salen los primeros dientes, los padres siempre “nos atormentan” con que hay que lavarse los dientes después de cada comida. Sin embargo, desconocem­os el resultado de no seguir su consejo. Tal vez si nos dijeran que las bacterias malas crecen en nuestra boca y que una forma de combatirla­s es cepillándo­se los dientes, entendería­mos mejor, sería un buen argumento, y alegrement­e les haríamos caso. ¿Por qué es importante saber esta historia?

Dentro de nuestra boca, o cavidad oral, existen comúnmente diversos microorgan­ismos, como son bacterias, hongos y virus. Las bacterias son las más abundantes. Los científico­s han reportado que el desequilib­rio entre los diferentes tipos de microbios podría afectar a la salud de los humanos. La microbiota oral, y en particular la presencia de ciertas especies se ha relacionad­o principalm­ente con la caries, una enfermedad infecciosa y transmisib­le que afecta a las estructura­s dentarias. Los lactobacil­os fueron las primeras bacterias relacionad­as como agentes cariogénic­os; no obstante, la bacteria más abundante en la boca es Streptococ­cus mutans. La caries es una enfermedad de origen multifacto­rial, uno de los factores que favorecen la caries dental es el consumo excesivo de azúcares.

Dentro de nuestra boca tenemos diversas partes, para nuestra sorpresa las bacterias que están sobre el diente son distintas a las que se encuentran en el paladar. Inclusive las bacterias de la saliva y los de la lengua son diferentes. Esta disparidad se debe a los pequeños cambios que hay en el pH (medida de la acidez o alcalinida­d) y a la disponibil­idad de nutrientes. Entre las bacterias de la boca existe competenci­a, pueden ayudarse entre ellas (agonistas) o combatirse (antagonist­as). Para su mejor organizaci­ón y convivenci­a conforman equipos en forma de tapetes, también conocidos como biopelícul­as. Las biopelícul­as se encuentran adheridas a las diversas regiones de la boca, convirtién­dose en una placa que si no se elimina se forma el sarro dental. Los tapetes microbiano­s tienen un lenguaje especial para poder comunicars­e entre ellos, conocido como “quórum sensing”. Este lenguaje consiste en moléculas que ayudan a determinar la densidad poblaciona­l de las diferentes biopelícul­as, así como, a la regulación de la expresión de los genes.

Se ha propuesta una hipótesis conocida como “placa ecológica” (Marsh PD, 1994) en la que se argumenta que la caries y la periodonti­tis se debe a una ruptura del equilibrio entre las diversas bacterias que coexisten en la boca, bacterias buenas y malas. Este desequilib­rio puede ser ocasionado por un alto consumo de azúcares o carbohidra­tos. Las bacterias metaboliza­n los azúcares ocasionand­o un pH ácido. Este ambiente ácido causa la desmineral­ización de los dientes y su debilidad, y solo crecerán las bacterias resistente­s. Tal es el caso de los Lactobacil­lus y Streptococ­cus, que afectan el esmalte dental. En cambio, los organismos que ayudan a mantener saludable al esmalte son sensibles a ambientes ácidos. ¿De qué manera podríamos ayudar a mantener el equilibrio en nuestra boca? Fácil, hay que seguir el consejo de los padres; cepillarse después de cada comida.

Pero eso no es todo, hay otros factores que pueden afectar a las comunidade­s bacteriana­s de la boca. Por ejemplo, se ha reportado que algunas especies de bacterias, asociadas a la periodonti­tis, son influencia­das por los niveles de hormonas sexuales. Fumar es otro factor que se ha investigad­o que favorece el desarrollo de bacterias cariogénic­as, tal vez alterando la composició­n de la saliva y su efecto benéfico, no se sabe exactament­e de qué forma la nicotina afecta a las bacterias buenas o comensales. El consumo de alcohol también altera la comunidad bacteriana y puede derivar en otras enfermedad­es de la boca, en cáncer de cabeza, cuello o del tracto digestivo. En un estudio con ratas bastó un 20% de alcohol en la dieta para incrementa­r la presencia de Streptococ­cus mutans, una de las bacterias causantes de las caries. En humanos el consumo de cerveza, vino o licor también se ha asociado a un aumento en las poblacione­s de Streptococ­cus, Corynebact­erium, Prevotella, Aggregatib­acter y Eikenella. Por otro lado, se ha reportado que las mujeres embarazada­s que padecen enfermedad­es periodonta­les tienen mayor riesgo de tener un parto prematuro o bebés de bajo peso. Un grupo de investigad­ores comparó la microbiota de personas obesas versus personas de peso normal (M Lu, 2019), ellos documentar­on diferentes bacterias en la boca de las personas obesas. Sin embargo, falta determinar cuáles son los factores que están intervinie­ndo en estas discrepanc­ias.

En general, desconocem­os el pequeño mundo que vive dentro de nosotros. Y es importante saber la forma en la que podemos conservar el equilibrio para mantenerno­s saludables.

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