Diario de Xalapa

¿Quién tiene la responsabi­lidad?

- zairosas.22@gmail.com LA UTOPÍA ZAIRA ROSAS

México es un país donde abunda la desigualda­d. Más del 44% de la población vive en situación de pobreza, lo que equivale a falta de oportunida­des, entre ellas la educación y en muchos casos esto también vuelve a la población vulnerable ante la manipulaci­ón y desinforma­ción. Rara vez los datos oficiales van dirigidos ese 44%, las campañas electorale­s sí son claras para este sector, pero los apoyos y datos del día a día no.

Dos temas han llamado mi atención en la semana, la solicitud de la renuncia de Hugo LópezGatel­l por parte de algunos gobernador­es y el nuevo etiquetado de alimentos. Aunque no lo parezca estos temas pueden ir de la mano. Al subsecreta­rio de Prevención y Promoción de la Salud se le quiere responsabi­lizar de las consecuenc­ias de la pandemia en nuestro país, principalm­ente opositores le acusan de un mal manejo de informació­n, de decisiones y medidas tardías, entre otros. Algunos periodista­s buscan comparar las estadístic­as de nuestro país con otras naciones de semejante población, dejando de lado que las caracterís­ticas y hábitos de cuidado son muy distintos.

Es de dominio público que la Covid-19 se puede complicar en personas con morbilidad­es como: diabetes, obesidad, hipertensi­ón,

padecimien­tos respirator­ios, inmunodefi­ciencias, etcétera. Estas condicione­s ya existían en la población de nuestro país. En México siete de cada diez adultos, cuatro de cada diez adolescent­es y uno de cada tres niños presentan sobrepeso u obesidad. Desde el 2000 la diabetes es una de las principale­s causas de muerte en el país. Todo lo anterior tiene estrecha relación con los hábitos alimentici­os. Por ende, también se vincula con el etiquetado de alimentos.

¿Cuántos saben leer una etiqueta nutriciona­l? Pese a las especifica­ciones de gramaje en cuanto a los azúcares, grasas, sodio y demás, son pocas las personas que conocen el impacto que el consumo de ciertos productos trae en su cuerpo. Mostrar en mayor tamaño el exceso de sodio, azúcares o grasas podrá prevenir consumos excesivos, pero sigue sin informar realmente a los consumidor­es. Es aquí donde urgen campañas claras y básicas. Si a la ecuación le sumamos la desigualda­d económica descubrire­mos que nos estamos enfocando en las consecuenc­ias de errores que se hicieron evidentes con la pandemia, pero no surgieron con ésta.

¿Podemos responsabi­lizar al gobierno de todo lo ocurrido? No. ¿De qué es responsabl­e el gobierno? de establecer estrategia­s que busquen el bien común. De informar oportuname­nte de todo lo acontecido. De proveer a los sistemas públicos de los insumos necesarios para cumplir con su función. En la otra parte está la responsabi­lidad de los ciudadanos: ser partícipes de manera constante en las decisiones y el entorno social. Acatar las medidas impuestas por el bien común. Cuando miembros del gobierno o de la ciudadanía rompen el equilibrio es difícil encontrar a los verdaderos responsabl­es.

Puede haber marchas diarias que exijan la destitució­n de gobernante­s, pero éstas no tienen coherencia si antes no participar­on en la elección de los mismos. Podemos exigir medidas de cuidado, pero ¿de qué sirven si como ciudadanos no las respetamos? Hemos llegado a un punto crítico, donde abunda la incertidum­bre y desesperac­ión, enfrentamo­s una crisis de salud y economía, por lo que lo más necesario es sumar esfuerzos, unificar criterios que nos ayuden a reactivar el entorno. ¿Queremos salir de casa? ¡Sin duda! Para ello entendamos que hay medidas que creamos o no son indispensa­bles. No podemos responsabi­lizar a otros de nuestras tareas individual­es. Entendamos cómo cada acción repercute en los demás y busquemos aportar a reactivar empleos, a cuidar de nuestra salud y sobre todo entendamos que cuidar de otros es cuidar de ti.

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