Acorralado, huye de España rey emérito
Juan Carlos I anuncia que se “trasladará” fuera del país para “facilitar las funciones” de su hijo, el rey Felipe VI
MADRID. El rey emérito de España, Juan Carlos I, comunicó a su hijo el rey Felipe VI su decisión de vivir fuera de España ante las informaciones publicadas en las últimas semanas sobre sus presuntos negocios ocultos en Suiza, que han deteriorado la imagen de la monarquía en el país.
Los partidos acogieron de manera diferente la decisión: los conservadores y los liberales manifestaron “respeto” y las fuerzas izquierdistas republicanas creen que “huye” y esperan que la Justicia investigue sus supuestos negocios opacos.
Juan Carlos de Borbón, de 83 años, trasladó su “meditada decisión” a su hijo por carta, informó la Casa Real en un comunicado, en el que señala que el rey emérito lo ha hecho “con profundo sentimiento, pero con gran serenidad”, por la repercusión pública de “ciertos acontecimientos pasados” de su vida privada.
“He sido rey de España durante casi cuarenta años y en todos ellos siempre he querido lo mejor para España y para la Corona”, asegura en la carta Juan Carlos I, quien a pesar de residir fuera del país seguirá perteneciendo a la Familia Real y mantendrá el título vitalicio que se le reconoció tras su abdicación en 2014.
Con esta decisión el rey emérito pretende facilitar las funciones de su sucesor: “Mi legado y mi propia dignidad como persona así lo exigen”, señala en la misiva.
Según el comunicado, el actual monarca transmitió a su padre “su sentido respeto y agradecimiento ante su decisión”.
El anuncio de que Juan Carlos I se irá a vivir fuera de España culmina un período de deterioro de su imagen tras meses de una cascada de informaciones negativas sobre negocios oscuros por su parte.
El debate sobre la inviolabilidad del jefe del Estado español se avivó en el último mes ante las nuevas informaciones sobre el presunto dinero oculto que el rey emérito tenía en Suiza y la donación que hizo de 65 millones de euros a su amante, Corinna Larsen, al margen del fisco.
Estas actuaciones del anterior monarca están siendo sometidas a investigación de fiscalías de Ginebra (Suiza) y del Tribunal Supremo español.
Este último sería el único en poder juzgarlo por los delitos cometidos tras su abdicación en junio de 2014, ya que el hecho de residir fuera de España no afectará para que siga siendo aforado, condición que adoptó cuando perdió la inviolabilidad que le concedía su cargo de jefe de Estado.
El Ejecutivo español expresó su respeto por la decisión, al tiempo que alabó el “sentido de la ejemplaridad y transparencia que siempre han guiado” a Felipe VI desde que llegó al trono.
Sin embargo, el vicepresidente segundo del gobierno, el izquierdista y líder de Podemos, Pablo Iglesias, tachó de “indigna” la “huida” del rey emérito.
“Deja a la monarquía en una posición muy comprometida. Por respeto a la ciudadanía y a la democracia española, Juan Carlos I debería responder de sus actos en España y ante su pueblo”, exigió.