“Zorrito” Altamirano, una figura del boxeo
VERACRUZ, Ver.- Hablar de Javier “Zorrito” Altamirano en Veracruz es hablar de una institución en el boxeo. Desde su faceta como pugilista donde llegó a lo más alto de este deporte profesionalmente hablando, hasta su actual ocupación de entrenador y manager de prospectos jóvenes de este deporte.
Heredero de la dinastía Altamirano, iniciada por su padre Rafael Altamirano Palomino, excampeón nacional y también entrenador de boxeo, Javier siguió los pasos de su progenitor y decidió devolverle al box lo que en su momento le dio como profesional y pudo cumplir el sueño de la familia de sacar no solo uno, sino dos campeones mundiales del gimnasio Zorrito, situado en la colonia López Arias, en el Norte de la ciudad de Veracruz. “Para mi enseñar es transmitir un conocimiento, es dejar una semilla en este mundo para que los jóvenes crezcan, maduren y se dediquen también a formar boxeadores en un futuro y que la escuela de Fallo Altamirano, mi padre, que fue el pionero de este proyecto continúe a través de otros maestros que tengan la misma disciplina del deporte”.
Javier recuerda gratamente que esta carrera de poco más de 37 años de trabajo duro en el boxeo, 20 de los cuales subió al cuadrilátero y otros más ya como manager, le ha dejado innumerables satisfacciones, pero reconoce que enseñarle este arte a niños y jóvenes ha sido lo mejor en su vida. "Hoy soy, un entrenador que disfruta al máximo poder enseñarle a los jóvenes la disciplina y por qué no sacar de aquí a otro campeón mundial”.
Relata que su carrera como peleador amateur fue exitosa, disputó 34 peleas, de las cuales perdió únicamente dos y 32 de sus victorias fueron por la vía del nocaut hasta qué situaciones de vida lo orillaron a dejar el boxeo olímpico y buscar nuevas oportunidades en este deporte.
Enfrentó a peleadores internacionales siempre con el máximo objetivo en mente que era disputar un título mundial.