EL 'VOGUING'...
Después de pasar por Japón y Corea del Sur, el fenómeno ha llegado más recientemente a China a través de Taiwán, Hong Kong y, finalmente, Shanghái.
Es "una subcultura dentro de una subcultura" pero se prepara para convertirse en dominante, asegura Bazi.
"El 'voguing' prospera aquí desde hace dos años", abunda Huahua, quien se define como queer no binario (persona que no se siente hombre ni mujer).
"Los aficionados son muy jóvenes pero también muy entusiastas y apasionados. Como esquejes que echan raíces por todas partes", asegura.
Huahua participó en el concurso con unas trenzas largas y una capa negra. Empezó en el 'voguing' en 2016 y pronto se enganchó a esos movimientos elegantes que recuerdan a las viejas películas de Hollywood y los desfiles de alta costura.
HISTORIA TRÁGICA'
El 'voguing' es como "una liberación, una forma de sentir la felicidad
Surge en los setentas, y en 1990 Madonna le da mayor visibilidad con su éxito "Vogue"
por primera vez en mi vida", explica Huahua, quien tuvo una adolescencia difícil por su diferencia sexual.
El baile "ahora forma parte de mi vida. No camino normalmente, sino como si estaba desfilando como un modelo".
En China, el 'voguing' también es popular entre las jóvenes heterosexuales. Bazi afirma que se debe a que, al igual que los LGTBQ, "están oprimidos por el patriarcado".
Pero algunos temen que al ponerse de moda acabe comercializándose y perdiendo el contacto con sus raíces.
"El 'voguing' tiene una historia trágica", recuerda Huahua.
"Es una danza nacida del sufrimiento de toda una generación enfrentada al racismo, a la intolerancia y a la depresión", insiste, añadiendo que muchos pioneros de esta forma artística han muerto de sida.
"Si queremos popularizarlo, hace falta que la gente entienda toda la historia que hay detrás", puntualiza.