Madres con neurosis enfrentan retos cada día
CÓRDOBA, Ver., 10 de mayo.Para Mariana ser madre no era algo que le hiciera feliz, atender a sus hijos, jugar con ellos y recibir algún regalo de su parte le ocasionaba molestia, enojo y tristeza, no entendía qué le pasaba, por lo que buscó ayuda del Grupo Buena Voluntad de Neuróticos Anónimos.
“Mis tres hijos me pesaban, no podía con ellos, me sentía presionada con el desayuno, la comida, me desquitaba con ellos y me alteraba fácilmente”, dijo.
Ella fue una madre joven que el hacer la comida o desayuno para su familia le molestaba, sentía que su vida era amargada y no entendía el porqué, pues sabía tenía con quien compartir su vida y estaba viendo crecer a sus tres hijos, pero el estrés y el enojo le hacían que el caminar le ocasionarán pensamientos suicidas.
Los festejos del 10 de mayo le hacían sentirse todo menos mamá, pues sus hijos y su esposo le regalaba planchas o artefactos de cocina, lo que en ella le hacía pensar que era para tener más trabajo del hogar. Recurrió a psicólogos y los antidepresivos, pero no le hacían cambios, empezó a dejarlos por miedo de volverse farmacodependiente.
Afortunadamente Mariana llegó al grupo Buena Voluntad de Neuróticos Anónimos y con las pláticas pudo notar que más mujeres pasaban lo que ella. Hoy las cosas son diferentes pues Mariana ya convive con sus hijos, sus pensamientos suicidas se han ido de su mente, hoy sus 3 “pequeños” ya son profesionistas; ya disfruta más la presencia de sus hijos y la convivencia con su familia sin aparentar nada.
“Hoy ya puedo disfrutar, platicamos , fue una labor difícil que emprendí para lograr un cambio, estuve con psicólogos, luego de pelear caía en agotamiento y siempre me la pasada de un extremo a otro, las peleas con mi esposo me orillaron a la depresión, pero yo no lo sabía”, expresó.