Cambio de cobrador
El concesionario al que se le obsequió el negocio de los parquímetros entregaba, por acuerdo con la autoridad municipal, el 30 por ciento de los ingresos diario obtenidos.
Los porteños festejaron el pasado día 10 que haya concluido el contrato otorgado a la empresa Zeus Monitoreo Vial para imponer durante 15 años el pago de cuotas por estacionamiento a los automovilistas en la vía pública del Centro Histórico de Veracruz (CHV).
Ese gozo se fue al pozo, pues si bien el abusivo empresario dejó ese jugoso negocio que le dejó millones de pesos con cargo a los bolsillos de los porteños, ahora, como se acostumbra ahora, el gobierno local se hizo cargo de esa tributación indebida, y los parquímetros seguirán funcionando, sin cambios en la tarifa, contra lo que se ofreció en campaña, es decir, sólo hubo un cambio de cobrador, y lo peor es que, ahora, el personal podrá acudir a solicitar la intervención de Tránsito o la Policía, que son municipales, y pobre de aquel que se niegue a pagar una multa por excederse en el tiempo de aparcamiento, o quiera mover su carro cuando el personal llegue a levantar la infracción o retire la llanta donde hubieran colocado el inmovilizador o “cangrejo”, porque seguramente irá a parar a la cárcel, no sólo por esa falta administrativa, sino hasta por robo de un aparato de patrimonio municipal; vaya, lo menos malo resultaría pagar la multa y, en su caso, el costo por el traslado de grúa y corralón, algo así como dos mil pesos, mínimo.
El concesionario al que se le obsequió el negocio de los parquímetros entregaba, por acuerdo con la autoridad municipal, el 30 por ciento de los ingresos diario obtenidos, y cuando se levantaba una multa, ese recurso iba directamente para el Ayuntamiento. Nunca se supo de cuánto era ese monto, no se transparentó; ni siquiera se supo con certeza lo que se recogía diariamente en los parquímetros, pues la empresa y el gobierno municipal siempre lo ocultaron, dando lugar a sospechas de que acuerdos bajo la mesa.
¿Pagó Zeus al SAT? Es un misterio, y por lo tanto los ingresos son desconocidos, pero se pueden contar por millones de pesos, y solamente llegaba a las arcas municipales una miseria que, según las versiones oficiales, se destinó a obras de mejoramiento del Centro Histórico. Ajá. Si existe mayor abandono es, precisamente, en el CH, y muy peligroso, con infinidad de callejones en penumbras o sin alumbrar, registros de energía eléctrica o de la red de alcantarillado, rotas o en mal estado, calles deformes o con baches, edificios cayéndose a pedazos, vergonzoso, cuando debía ser un orgullo. La realidad es que ese mantenimiento, si lo hubo, fue maquillado.
Ahora se hace ese mismo compromiso de que todo el recurso que obtenga el Ayuntamiento porteño, ahora sí, va para la rehabilitación del Centro Histórico de Veracruz. Se duda que se haga, y en cambio, sin una puntual transparencia y rendición de cuentas, lo más seguro es que ese negocio continúe igual, sólo que operado por otras manos.