Desconocen reglamento y se enojan
Adriana Rivera lleva 12 años como agente de Tránsito; explica que se enfrentan a "mal genio" por infraccionar
Estacionarse en lugares prohibidos es la causa más común de infracción en la zona centro de la ciudad, explica la agente de Tránsito y Vialidad del Estado Adriana Guadalupe Rivera Delgado, quien tiene 12 años de servicio y quien asegura que lo que disfruta de su trabajo es apoyar a peatones y conductores.
Sin embargo, comenta que como agente de Tránsito y Vialidad en Xalapa ha tenido que soportar que conductores, tanto mujeres como hombres, “se pongan bélicos cuando se hacen acreedores a una infracción”. Hoy 22 de diciembre es el Día del Agente de Tránsito y Adriana Rivera, quien es reconocida por recorrer la zona centro de la capital, impecablemente uniformada y sonriente, apoyando a quien se lo solicite, dice que su trabajo la enorgullece. Recuerda que hace 12 años se quedó sin empleo y como madre soltera tuvo que buscar otra opción. “Fue cuando por cuestiones del destino llegué a este oficio, que requiere permanente capacitación y un gran don de colaboración con las personas y desde entonces me encanta lo que hago”. “Me dieron la oportunidad de trabajar como agente y llevar el pan a la casa. Es un trabajo muy bonito porque siempre se apoya a las personas de una u otra forma. Se sirve mucho dando orientación a los peatones, ayudando a adultos mayores a cruzar las calles o en el caso de los conductores orientarlos para que lleguen a su destino. Se tiene mucho trato con las personas y se aplican infracciones a quienes no cumplan con el reglamento vial”, dice.
Lo negativo de su trabajo, comenta con voz seria, es cuando va a infraccionar a un conductor y se pone furioso, “pero si uno le explica cuál fue su error o la falta que cometió con el reglamento en mano, pues se calman y se procede”.
Opina que en general hay conciencia entre los conductores de que deben circular respetando los reglamentos, “pero creo que el problema es que muchos solicitan la licencia, pero no conocen nada de los estatutos viales”. La realidad es que la gran mayoría no sabe nada del reglamento ni reglas de tránsito y uno tiene que ser su mentora, “pero cuando se enojan pues sí se complica mi labor”.
De la mala fama que tienen algunos agentes por las famosas “mordidas” para evitar las infracciones, contestó rápido y escueta: “Mire yo no lo hago, es injusto que a todos los juzguen así. Quien lo hace tendrá sus razones”.
Para ser una agente adecuada está en constante capacitación tanto en lo relativo al reglamento como en derechos humanos