Para un tránsito todos los días son difíciles
Diariamente somos agredidos por ciudadanos que cometen alguna infracción y no la aceptan
Veracruz, Ver.- Agresiones, intimidaciones y hasta mentadas de madre son el pan de cada día de los agentes de tránsito por parte de ciudadanos que no aceptan las violaciones que cometen al reglamento, señala el oficial Pablo Antonio Reyes Rendón.
En entrevista para el Diario de Xalapa, relata que antes de incorporarse a la Dirección de Tránsito en Veracruz estuvo becado en la H. Escuela Naval, donde aprendió sobre disciplina y responsabilidad, además de que le gustó portar un uniforme, pues considera que transmite cierto rango.
Su profesión es mecánico automotriz pero desde hace cinco años buscó incorporarse a la dirección de Tránsito; no lo logró hasta hace dos años cuando fue reclutado en la actual administración.
“En el 2018 supe que había convocatoria para entrar a Tránsito, metí mi documentación pero no tuve la suerte de ingresar, tres años después volvieron a reclutar y volví a meter mi solicitud y esta vez sí quedé, me gusta lo que hago. Yo si me veía de agente con mi uniforme”, expresa.
Reconoce que el trabajo de oficial de tránsito parece fácil, pero es una actividad complicada que incluso tiene su propio riesgo, pues diariamente son agredidos por los ciudadanos, sobre todo los que violan el reglamento y se les impone una multa que tratan de evadir.
Refiere que menos del 20 por ciento de los ciudadanos aceptan que cometieron alguna falta mientras que el resto se enoja, agrede, amenaza e incluso intenta golpearlos. Por ello, considera que la percepción de la gente hacía un agente de tránsito es errónea pues ellos solo quieren prestar atención a las indicaciones.
“Todos los días son difíciles, desde el momento que hacemos una infracción porque cometieron una falta, el ciudadano nunca acepta, la gente te agrede con tal de intimidarte, dice que te va a golpear, te amenazan diario, pero es parte del trabajo, hay que tener calma, yo siempre trato de tomar mi distancia”, expone.
En el caso de las mujeres automovilistas, comenta que se debe ser muy cuidadoso porque en muchas situaciones ellas acusan situaciones de acoso, cuando en realidad cometen alguna infracción.
“Algunas mujeres sí se han puesto al tú por tú y por lo regular se dicen sentir intimidadas y acusan de acoso, trato de evitar ese tipo de problemas porque yo les hago la llamada de atención porque muchas van manejando y hablando por celular, lo toman a mal pero es parte del trabajo de prevención de accidentes”, manifiesta.
48 AÑOS COMO AGENTE DE VIALIDAD
Con una trayectoria de 48 años dentro de la dirección General de Tránsito y Transporte del Estado, Zócimo Castellanos Sobrevilla fue el precursor del orden vial de grandes ciudades como Veracruz y Xalapa pasando por distintos puestos y asegura que “solo le faltó ser director estatal”.
En entrevista para Diario de Xalapa, recuerda que su incorporación a la Dirección General de Tránsito y Transporte del Estado se dio por una casualidad, pues mientras trabajaba como encargado de un estacionamiento aspirando a estudiar en la Facultad de Ingeniería de la Universidad Veracruzana fue invitado por un amigo que frecuentaba el lugar.
“Allá por 1961 yo trabajaba en un estacionamiento, planeaba matricularme en la universidad y me interesaba la carrera de ingeniería pero ahí conocí al licenciado Alfonso Mayans Espíndola que solía llevar su carro a guardar ahí, empecé a tratarlo y me preguntó que si no me interesaba entrar a Tránsito porque él iba a ser delegado”, expresa.
Asegura que la invitación le llegó por sorpresa y estuvo a punto de desecharla, pues tenía 19 años y sus intenciones eran estudiar pero las condiciones económicas no se lo habían permitido, así que terminó aceptando la propuesta. Un año después, en el año de 1963 obtuvo su planta cuando el uniforme era café con beige.
ÚNICAMENTE HABÍA DOS SEMÁFOROS EN VERACRUZ
Comenta que en aquellos tiempos solo había dos semáforos que se ubicaban en
Mario Molina e Independencia y en Rayón e Independencia, por lo que el trabajo era más exhausto.
Para el año de 1974, el gobierno del estado que encabezaba Rafael Hernández Ochoa y el director de Tránsito Octavio Ochoa decidieron comprar más equipos y semaforizar algunas ciudades como la de Veracruz pues ya era una demanda con el crecimiento urbano y la cantidad de automóviles.
“En ese momento la empresa que traía los semáforos se encargaría de la instalación y todo pero el gobierno decidió que solo le comprarían los equipos y que mejor se capacitará al personal con estudios y análisis. Se hizo la convocatoria y el primero que levantó la mano fui yo para ir a Monterrey Nuevo León a recibir los cursos en instalación y mantenimiento de capacitación”, manifiesta.
Al regresar de Monterrey después de la capacitación quedó como encargado del mantenimiento de todos los equipos y fue el precursor del orden vial en el puerto de Veracruz, Xalapa, Orizaba, Córdoba y algunas más.
SOLO LE FALTÓ SER DIRECTOR DE TRÁNSITO
Comenta que solo le faltó ser director estatal de Tránsito pues fue agente de tránsito en crucero, encargado del urbanismo, perito, personal de atención en la mesa de licencias, en la expedición de placas, comandante operativo y subdirector de ingeniería vial en las oficinas de Veracruz, Xalapa, Coatzacoalcos, Papantla, Córdoba, Orizaba y algunas otras.
Zócimo Castellanos recuerda que antes, durante la celebración del Día del Agente de Tránsito ,que se conmemora este 22 de diciembre, la gente como respeto les daba algunos presentes, sin embargo en la actualidad se ha perdido ese respeto y por el contrario recibe “mentadas de madre” diariamente.