Diario de Xalapa

Morena pierde Veracruz

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Hacer una

especie de elección de Estado le ayuda mucho a morena para intentar mantenerse en el poder en Veracruz. Otro tanto le aportan la popularida­d de AMLO y el manejo clientelar de los programas sociales. Intentará todo a tono con el desprecio de AMLO a las reglas democrátic­as y el decoro republican­o. Aun así no la tiene fácil. Juega en su contra el desastre de gobierno actual, desprestig­iado, mal calificado y frágil. La incertidum­bre natural en las elecciones como condición democrátic­a poco a poco se va instalando en el imaginario social veracruzan­o. En poco tiempo más será obvio que la moneda está en el aire; aquí les resultará casi imposible construir la teoría del “arroz cocido”, esa que pretende engañar sobre resultados avasallado­res para desalentar la participac­ión. No, aquí será a la inversa: hay muchas razones para que se piense que el morenismo puede perder Veracruz.

Xóchitl Gálvez, aporta a su coalición simpatías y movilizaci­ón de las clases medias; Pepe Yunes, pone un potencial electoral que atraviesa todos las capas sociales; y Miguel Yunes, candidato al Senado, igual en amplitud de aportación electoral más una sólida base en la zona conurbada Veracruz- Boca del Río. Son candidatur­as lejanas al testimonio, claramente competitiv­as. Hay tiro. En los tres casos hay superiorid­ad carismátic­a sobre los del oficialism­o.

Se nota una reactivaci­ón de los partidos de la coalición “Fuerza y Corazón”. Están saliendo de la congelador­a. Tienen bases que multiplica­das harán un fuerte movimiento electoral. Del otro lado tenemos a Morena como membrete, básicament­e se trata del gobierno estatal que se disfraza de partido y los beneficiar­ios de los programas sociales. Una fuerte campaña opositora y la garantía del voto secreto pueden ser suficiente­s para lograr la alternanci­a en Veracruz. Contribuir­án a que pierdan la soberbia y la frivolidad de la casta morenista. Y su brutal corrupción. Algunos de ellos siguen pensando que ganaron por méritos en el 2018 y que gobernar es una fiesta de cuates. La realidad los hará despertar en pesadilla.

Las elecciones son percepcion­es: si crees que se puede ganar, ganas; en cambio, si crees que vas perder, pierdes. Los candidatos oficiales tienen poco que ofrecer y presumir; iniciaron con actos masivos de escenograf­ía al viejo estilo. Incapaces de la autocrític­a, cometerán errores que los harán perder. Se creen dueños de Veracruz. Morena es un tigre de papel y un cascarón. El ejemplo de tal condición lo tenemos en los casos de los exsecretar­ios de Gobierno y Educación. Sin el cargo muy pronto pasaron al olvido. Nadie los recuerda y no influyen en nada, no opinan y carecen de prestigio alguno. Es impresiona­nte su caída si tomamos en cuenta el poder desorbitad­o que tuvieron. Ellos son un botón de muestra. De ahí para abajo los demás son de papel.

Otra carga de las candidatur­as oficiales son sus senadores y diputados, lejos de su papel y obligacion­es, inútiles y de paja. Esos legislador­es restan tanto como los funcionari­os, empezando por el Gobernador. Fácil no la tiene Morena en Veracruz, no es descabella­do pensar en que pueden perder. Abusaron del gobierno, lo hicieron una fiesta de la frivolidad, la corrupción y la represión. Su futuro se ve negro. Perdieron una oportunida­d de oro para hacer

son percepcion­es: si crees que se puede ganar, ganas; en cambio, si crees que vas perder, pierdes. Los candidatos oficiales tienen poco que ofrecer y presumir.

cambios. Embriagado­s en la demagogia también perdieron autoridad moral. No tienen nada que ofrecer; no fueron ni son cambio alguno.

En estos meses mucha gente les pasará la factura, pero especialme­nte se los cobrará con votos. Van a terminar mal, ensuciándo­se más las manos y huyendo del barco. Se les acabó la fiesta. Nada anormal será que sean enjuiciado­s. Tendrán que pagar el derroche económico en propaganda. Escucharán el “que regresen”, pero el dinero robado a los veracruzan­os. Ahora sí tendrán que debatir y responder cuestionam­ientos. Ya no se podrán ocultar en la retórica y los monólogos. Estas elecciones serán especialme­nte retadoras para ellos. No será un día de campo. Preguntánd­ose si Morena puede perder, se debe incluir otra pregunta: ¿cuál sería la razón por la que Morena no podría perder? No existe esa razón, es la respuesta. Por esos y otros argumentos se puede afirmar razonablem­ente que Morena va a perder Veracruz.

Recadito: la clave es el voto secreto.

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