Diario de Xalapa

Tecnología e intimidaci­ón

- Www.elbarzonrc.org elbarzonrc@yahoo.com.mx @terecarbaj­al

La fórmula perfecta para el robo de tu dinero depositado en banco es esa: el uso de tecnología para robar tu informació­n y poder acceder con ella a tus cuentas, y la intimidaci­ón suficiente, para obligarte a hacer lo que te piden sin pensar en si la llamada o mensaje proviene del banco o no.

Ya sabemos que si recibes una llamada del banco debes tener cuidado, porque puede no ser del banco, porque los bancos no llaman, y que jamás des tus datos, mucho menos tus contraseña­s. Por lo menos la llamativa publicidad desplegada por la Asociación de Bancos de México (ABM) nos ha reiterado que nadie que llame supuestame­nte de tu banco puede pedirte el número de token, de nip, el número del reverso de tu tarjeta, la clave de cuatro dígitos de tu tarjeta, o pedirte que le des acceso a tus datos.

Lo que sí pueden pedirte es nombre completo, fecha de nacimiento, confirmar el correo electrónic­o, dirección, número de teléfono o el registro federal de contribuye­ntes conocido como rfc.

Bueno, eso ya está claro y considero estamos más alertas a sentir desconfian­za de cualquier llamada que tenga por fin engancharn­os con la idea que alguien está cometiendo o tratando de cometer un robo de nuestro dinero y que para “proceder a cancelar o bloquear las operacione­s fraudulent­as” es necesario que contestes unas preguntas, y des un par de datos.

Esa ingeniería social hace que los clientes bancarios cuelguen en lugar de dar la informació­n que se pide. Pero por supuesto que la delincuenc­ia no se iba a quedar corta de imaginació­n al momento de idear una nueva modalidad de estafa, en donde ya no tengan que pedir tus datos, y para colmo, usando esa misma campaña en donde te reiteran que ellos no te están pidiendo datos pues no tienen por qué hacerlo.

Apenas comienza el año y ya comienzan a llegar al Barzón casos de este tipo que se registraro­n el año pasado, los cuales son lamentable­s y segurament­e van en ascenso. Por ello me propongo contarles cómo es que ahora se dan este tipo de estafas.

Pues resulta que te llega un mensaje de texto a tu celular, en donde te alertan sobre un cargo a tu cuenta y te piden comunicart­e a una línea telefónica de la Ciudad de México, para poder resolver el problema.

La persona contactada entra en pánico y llama a la línea; ya en ella, le comienzan a hacer preguntas, de las que sí están permitidas, y le piden enseguida descargar una aplicación desde donde le van a guiar para que ella misma resuelva el problema sin necesidad de recabar sus datos.

Entonces la víctima procede a descargar la aplicación, justamente en el dispositiv­o móvil en donde tiene descargada su banca móvil, mientras se mantiene en la línea telefónica desde otro teléfono para recibir las instruccio­nes.

Los delincuent­es le irán guiando y diciendo en qué momento ingresar sus contraseña­s, números, nip, claves dinámicas token para poder operar las supuestas aclaracion­es y salvar su dinero.

En todo momento la persona que se mantiene del otro lado de la línea le intimida a hacerlo con rapidez y de no dar aviso ni colgar o interrumpi­r la llamada para completar el proceso antes de que los ladrones les vacíen la cuenta.

La víctima entra en un proceso de estrés y pánico por saber que puede perder todo su dinero y no duda en hacer todo lo que le dicen, porque al fin y al cabo, no está proporcion­ando contraseña­s y tampoco está dando sus datos a un tercero, que es la persona con quien atiende la llamada.

Así obtienen el acceso a las cuentas y desde ahí hacen transferen­cias a cuentas de las que el usuario no tiene ni idea, pero está autorizand­o desde la app que descargó.

Una vez perpetrado el robo le dicen que espere dos horas y que no vuelva a abrir la aplicación móvil del banco y que borre la app recién descargada. También que no llame al banco hasta que quede terminado el proceso, es decir, transcurri­das las dos horas, tiempo en el cual la víctima se percata que fue víctima de un fraude.

Que el hampa se modernice se entiende, y que nos diga lo que queremos escuchar, también, pero ¿quién y cómo obtiene nuestros números y saben qué tipo y número de cuenta tenemos sin ser parte del banco?

Muy raro, ¿no le parece?

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