Banco del malestar, otra decepción
El Banco del “Bienestar” lamentablemente no es más que otra decepción para los mexicanos, otro proyecto millonario más que de manera ineficiente opera, generando más malestar y enojo que, dando resultados financieros y de servicios.
El ambicioso aspiracionismo del gobierno de cuarta deja mucho que desear con sus más de dos mil sucursales, una de las redes bancarias más grande del país. Sume usted querido lector que los bancos del malestar mal atienden a millones de personas; los que menos tienen desafortunadamente, beneficiarios de programas sociales, incluidos claro, los miles de adultos mayores, hombres y mujeres, que destinan horas y horas bajo el sol, el viento o el frío, sólo para tratar de acceder a los recursos ahí depositados.
A cinco años de vida la institución financiera ha reportado pérdidas de cerca de 700 millones de pesos en el último trimestre del 2023. En diciembre también dejó de funcionar la aplicación móvil, generando que muchos beneficiarios no pudieran disponer de sus recursos, teniendo que pagar comisiones altas a los bancos privados y padeciendo la falta de actitud y aptitud de los empleados. Es decir, el Banco del Bienestar es un bando de buenas intenciones y de pésima ejecución.
Es importante mencionar el dispendio de recursos públicos no requeridos para este banco con la adquisición de ocho mil cajeros automáticos (un gran negocio), una operación valorada en 10,800 millones de pesos, asignados sin concurso a proveedores amigos. Nuevamente la sombra de la corrupción le ganó a la intensión.
Además, el Banco del Gobierno se ha visto envuelto en dimes y diretes como el revelado por Estudio “Euforia de las remesas: éxodo, lavado de dinero y auge económico” donde documenta una serie de “movimientos extraños” a través de la institución financiera. El exdirector del Centro de Estudios Espinosa Yglesias (CEEY) Enrique Cárdenas Sánchez señaló que la salida del Banco del Bienestar del mercado de remesas pudo suceder debido a la sospecha de ser blanco de operaciones de lavado de dinero, ya que es difícil rastrear el origen del dinero que se utiliza para este tipo de operaciones monetarias.
El también sustituto del Banco del Ahorro Nacional y Servicios Financieros (Bansefi) ha sido catalogado como un elefante blanco del gobierno o un “monstruo costoso” que desperdicia recursos en construir sucursales en lugar de destinar ese dinero a la inversión pública o a la salud, de acuerdo con especialistas. Los altos costos de operación básicamente serán elevados, están haciendo todo el servicio básicamente físico y el riesgo es que este banco siga teniendo pérdidas y eso obviamente hay que cubrirlo con recursos públicos.
Esa política, idílica y equivocada, deteriora las economías de cualquier país que las asume, los vuelve frágiles y dependientes