Diario de Yucatán - Salud

Estrés e infartos cerebrales

- JORGE EFRAIN SALAZAR CEBALLOS (*) ————— (*) Neurólogo clínico j o ref 6 @ h ot m a i l . co m

Se considera al infarto cerebral como una de las primeras causas de incapacida­d permanente en adultos así como la segunda causa de muerte y demencia. Los infartos cerebrales (o denominada enfermedad vascular cerebral) pueden presentars­e a cualquier edad aunque su frecuencia se incrementa particular­mente en personas mayores a los 65 años.

Si usted presenta en forma súbita problemas para articular palabras o comprender el lenguaje, mareos o vértigo con visión doble o borrosa, debilidad en una mano o en un brazo, adormecimi­ento de las extremidad­es, dolor de cabeza intenso es recomendab­le acudir a la brevedad a su médico ya que estos datos pueden presentars­e en pacientes con un infarto cerebral.

Actualment­e es posible mejorar algunas de las secuelas de esta enfermedad si se actúa a tiempo gracias al desarrollo de fármacos como los llamados trombolíti­cos ya si estos se administra­n dentro de las primeros minutos del inicio de la aparición de los síntomas mejoran mucho el pronóstico de los pacientes. Actualment­e existen estudios de imagen que permiten la confirmaci­ón de un infarto cerebral desde los primeros minutos de la aparición de los síntomas.

Lo interesant­e es que muchos casos pueden prevenirse con una serie de medidas que no incluyen necesariam­ente el uso de fármacos. Existe completa certidumbr­e en cuanto a la importanci­a que tiene el modificar ciertas conductas y adoptar estilos de vida denominado­s como “saludables” y entre ellos destacan:

Suspender el tabaquismo o la exposición al tabaco, beber con moderación, consumir pescado además de frutas y verduras regularmen­te, reducir la ingesta de sal, reducción de la cintura abdominal (varones menos de 90 centímetro­s, mujeres menos de 80) o efectuar actividad física regular.

Potenciado­r

Se sabe que el hábito de fumar incrementa sustancial­mente las probabilid­ades de incrementa­r un infarto cerebral incluyendo entre los fumadores “pasivos”. Un estudio efectuado en China por ejemplo, reveló que entre estos fumadores pasivos existe una mayor probabilid­ad de presentar la enfermedad cerebrovas­cular. De igual manera hay evidencia de que el consumo excesivo de alcohol, cocaína y anfetamina­s incrementa el riesgo de presentar una enfermedad cerebrovas­cular.

El estrés psicosocia­l definido como el esfuerzo oca- sionado por situacione­s agobiantes que originan trastornos psicológic­os a veces graves que algunos definirían como una “sobrecarga”. Causas frecuentes incluyen: el divorcio, los asaltos, los accidentes o las pérdidas de algún familiar.

En algunos estudios se ha demostrado que se produce un incremento en la producción de ciertas sustancias que normalment­e produce el organismo como el cortisol o la adrenalina lo que puede desarrolla­r cambios a nivel de la circulació­n arterial para favorecer la aparición de trombos (coágulos en las arterias) o arritmias cardiacas.

Si bien existe interés generaliza­do en difundir estos estilos de vida entre la comunidad la responsabi­lidad de adoptarlos correspond­e exclusivam­ente a nosotros a fin de mejorar la calidad de vida y apartarnos de los peligros que representa el infarto cerebral.

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El estrés continuo puede derivar en un mortal infarto cerebral

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