Ginecología
Durante todo el embarazo existen complicaciones que podrían derivar en un parto prematuro, conoce cuáles son.
El parto pretérmino es una de las principales causas de morbilidad y mortalidad perinatal en el mundo. A pesar de los avances en tecnología médica de los últimos 40 años, no se ha visto una notable reducción en los índices de nacimientos prematuros.
Las razones que explican esta situación son complejas y reflejan la naturaleza multifactorial del problema.
Se define a la amenaza de parto pretérmino como la presencia de actividad uterina aumentada en frecuencia, intensidad y duración, acompañada de modificaciones del cérvix uterino después de las 20 semanas de embarazo y antes de las 37 semanas del mismo.
Los factores de riesgo para parto prematuro identificados y conocidos a la fecha son diversos como: la raza, antecedente de parto pretérmino, embarazo múltiple, estado socioeconómico bajo, desnutrición, bajo peso pregestacional, inadecuado control prenatal, sobrecarga de trabajo, estrés personal, anemia, tabaquismo, bacteriuria, colonización o infección urinaria y/o cervico-vaginal, cono cervical, malformaciones uterinas de nacimiento y patologías ginecológicas como los miomas y pólipos, enfermedades pre-existentes como las autoinmunes, cardiacas o renales; siendo de todas estas, las primeras dos, las principales causas en relación a esta complicación.
Dentro del mismo embarazo, pueden presentarse complicaciones médicas que son causantes de parto pretérmino al tener que llegar a la decisión de interrumpir la gestación.
Algunos ejemplos son la preeclampsia (una de las principales causas en Yucatán y México), el sufrimiento fetal, la restricción del cre- cimiento uterino o el desprendimiento prematuro de placenta.
Factores de riesgo
Es un hecho, que en los últimos años, algunos factores de riesgo han ganado terreno como agravantes para el desarrollo de un nacimiento prematuro, como el aumento de las enfermedades e infecciones de transmisión sexual; por ejemplo las causadas por bacterias como la
chlamydia, mycoplasma y ureaplasma.
Existe una gran cantidad de evidencia acerca de que la infección de la decidua, las membranas fetales y el liquido amniótico están asociados al parto prematuro.
La corioamnioitis clínica complica de 1 al 5% de los embarazos de término, pero cerca del 25% de los recién nacidos prematuros.
Se ha comprobado la presencia de cultivos positivos en líquido amniótico en mujeres con membranas intactas sin evidencia clínica de infección.
Existen otras situaciones en relación al ambiente en el que vivimos actualmente como la contaminación del aire. Recientemente un artículo publicado en New York Times, con referencia a un estudio elaborado y presentado por el Journal of Allergy and Clinical Immunology, demostró un incremento de parto prematuro en pacientes sometidas a condiciones de altos niveles de contaminación aérea y mayor aún en relación a mujeres expuestas que padecen asma bronquial.
No debemos olvidar las principales complicaciones asociadas a un recién nacido prematuro como las respiratorias, hemorrágicas, enterocolitis necrotizante, sepsis y la persistencia del ducto arterioso, entre otros.
La morbilidad puede incluir afecciones del recién nacido como parálisis cerebral, retardo mental y retinopatía del prematuro.