Expertos sugieren que los placebos pueden mejorar ciertos síntomas, aun cuando los pacientes están conscientes del tratamiento.
Placebos generan alivio aún cuando se sabe sobre ellos
Anteriormente se pensaba que era necesario engañar al paciente para obtener el efecto placebo, pero según informa la “BBC” estudios recientes demostraron que los pacientes que siguen un tratamiento con placebos “open-label”, es decir, saben que el tratamiento que toman no tiene ningún ingrediente activo, también pueden experimentar un alivio de los síntomas.
En 2014 el doctor Ted Kaptchuk, de la escuela médica de Harvard, lideró un estudio en el que se les dio pastillas a 80 pacientes. También les advirtió que se trataba de placebo. Luego de un tiempo, un 62% de los participantes dijo que había sentido un alivio después de tomar el placebo.
El estudio de Kaptchuk es uno de los cinco que acaba de revisar el equipo del doctor Jeremy Howick, de la Universidad de Oxford.
El trabajo buscaba comparar los efectos de darles a los pacientes placebos “openlabel” con los efectos de no darles ningún tratamiento.
Según los expertos, la administración no engañosa de placebos tuvo un efecto positivo comparado con la ausencia de tratamiento para síndrome del intestino irritable, depresión, rinitis alérgica, dolor de espalda y trastorno por déficit de atención e hiperactividad.
Aún hay dudas
Ningún placebo puede reducir el tamaño de un tumor, por ejemplo, pero varios estudios sugieren que pueden ser eficaces cuando la percepción ayuda a modular los
síntomas que se presentan.
Aunque los expertos no saben por qué funcionan, según una hipótesis las personas que alguna vez mejoraron después de un tratamiento recetado por un médico de confianza pueden inconscientemente elevar sus niveles de endorfinas y de neurotransmisores, causando cierta mejoría en los sín- tomas que experimentan.
De acuerdo con otras opiniones, los pacientes esperan mejorías al escuchar a los doctores decir que en otros individuos con su misma condición los placebos funcionaron; esa expectativa libera ciertos químicos que alivian los síntomas.
Tanto Howick como Kaptchuk reconocen que hacen falta estudios para explorar el potencial del uso de placebos no engañosos y se valore el impacto de los comentarios positivos de los médicos y sus implicaciones éticas. Aún así, creen que los placebos administrados de manera no engañosa podrían tener una función clínica que cumplir.
“Esta investigación nos dice que deberíamos empezar a reconocer los beneficios de que los doctores sean realísticamente positivos cuando les hablan a los pacientes”, comenta Howick.