Búsqueda de un satisfactor
Hace unos días, al impartir una conferencia a padres de familia sobre la prevención de las adicciones, uno de los participantes me preguntó: “¿Cuál es la principal causa por la que una persona cae en una adicción?”.
Con base en mi experiencia terapéutica y en la información clínica, respondí que se concluye que la principal causa es la insatisfacción de las necesidades básicas del desarrollo humano durante la infancia.
Fases importantes
Según las etapas del desarrollo definidas por el psicoanalista Erik Erickson, del nacimiento a los dos años se requiere resolver conflictos de confianza, para lo que ayuda mamá al sembrar la esperanza. Si mamá no está, se genera en el recién nacido una distorsión sensorial; si está mamá, pero no atiende las demandas del bebé, se sembrará la desconfianza.
De los dos a los tres años, hay un conflicto entre la autonomía y la vergüenza, y ambos padres ayudan a sembrar la voluntad y la determinación, evitando la impulsividad y la compulsión. Si papá no está, se construirá un ser humano impulsivo o compulsivo; si papá y mamá no atienden adecuadamente las necesidades de esta etapa, este ser humano tendrá dificultad para ser autónomo.
En la etapa pre escolar (de tres a cinco años), el conflicto es entre la iniciativa y la culpa. La familia será la encargada de enseñar sobre el empeño y evitar la crueldad e inhibición. Si la familia está desintegrada, se podrá observar a un alumno inhibido o agresivo; si la familia está en crisis, el alum- no será apático, desinteresado, ansioso o inseguro.
Por otro lado, en la etapa escolar (de seis a 11 años) el infante necesita diferenciar entre la laboriosidad y la inferioridad. Además de la familia, en este caso los vecinos y la escuela ayudan a enseñar la sana competencia. Si el entorno escolar está viciado, se podrá observar a un alumno egoísta, y si el entorno está maleado, el niño tendrá baja autoestima.
Un ser humano con baja autoestima, egoísta, inseguro e inhibido es presa fácil de los depredadores que se presentan como satisfactores de las necesidades insatisfechas de los chicos.
Víctimas
En esta era digital, los depredadores tienen más fácil la tarea de encontrar una posible víctima. Aunque se requiere de cierta madurez para usar herramientas tec- nológicas con el menor riesgo posible, se puede encontrar a niños de preescolar o primaria que usan celulares y tabletas.
Estos dispositivos pueden ser empleados por los hijos como satisfactores de las necesidades que no pudieron o no quisieron satisfacer sus padres, y como no es suficiente para resolver sus requerimientos, al llegar a la adolescencia, los menores de edad se sientes incompletos e inconscientemente buscan lo que los complete.
Es así como los jóvenes pueden volverse dependientes de una persona, a una situación (videojuegos, grupos en redes sociales o grupos sectarios), así como volverse adictos a una sustancia (droga, alcohol, tabaco).
En este punto será evidente que los afectados jamás lograrán estar realmente satisfechos porque nada de lo anterior los hará sentirse amados, que es lo que el ser humano necesita experimentar para crecer y desarrollarse saludablemente.
Si a un ser humano en su infancia, le hizo falta el amor de mamá o papá, andará por la vida sintiéndose necesitado y buscará alguien o algo que lo complete, pero sin lograrlo.
De ahí la importancia de tener la presencia amorosa de nuestros padres en la infancia, pues con ella se evitan la mayoría de los trastornos de personalidad, de conducta o de comportamiento, se minimizan los riesgos de adquirir una adicción, y se potencializa la realización y trascendencia del ser humano hacia su felicidad.
¿Qué hacer cuando ya pasaron las etapas y hubo carencias? La hipnosis natural es una alternativa saludable, segura y confiable para superarlo, pero si estamos a tiempo es mejor prevenir y entregarse amorosamente a la educación de los hijos.