Evitan invasión a células sanas
Científicos logran un paso contra el cáncer de hígado
Aunque el cáncer de hígado es el sexto más frecuente a nivel mundial, es la segunda enfermedad oncológica más letal. Ahora, un estudio de investigadores del Instituto Riken en Saitama, en Japón, describe un tratamiento capaz de evitar que las células cancerígenas en el hígado acaben invadiendo a las células sanas. Y para ello, ‘solo’ hay que utilizar un azúcar ‘artificial’. Lo anterior se informa en el sitio “ABC”.
La glucosilación o ‘glicosilación’, esto es, la unión de un azúcar –caso de la glucosa– a una molécula, es uno de los principales procesos químicos de los seres vivos. Si el azúcar que forma la unión sea la fucosa, se denomina ‘fucosilación’, proceso en el que se une la fucosa a unos polisacáridos llamados ‘glicanos’ para dar lugar a ‘glicanos fucosilados’.
Como dice Yasuhiko Kizuka, director del trabajo, “la fucosilación defectuosa puede dar lugar al desarrollo de enfermedades potencialmente mortales. Es el caso del cáncer de hígado, en el que el tumor o ‘hepatoma’ tiene niveles excesivos de glicanos fucosilados”.
Los autores evaluaron si el uso de análogos –esto es, de moléculas que, si bien con una estructura similar a la original, no llevan a cabo la misma función– para interrumpir la fucosilación.
La GDP-fucosa es un derivado de la glucosa y se rompe en dos moléculas: la GDP y la fucosa, que una vez liberada se une a los glicanos para dar lugar a los glicanos fucosilados.
En el estudio, los autores utilizaron distintos tipos de análogos de la fucosa. Y lo que vieron es que el bautizado como ‘6-Alk-Fuc’ tiene la capacidad de evitar la fucosilación en distintos tipos de células. Sin embargo, este ‘6-Alk-Fuc’ no es capaz de inhibir ‘realmente’ la fucosilación, es decir, de bloquear la unión de la fucosa de la GDP-fucosa a los glicanos. Por tanto, debe actuar sobre otro proceso metabólico anterior. Y de acuerdo con los resultados, interfiere en la cadena de reacciones que dan lugar a que la glucosa se convierta en GDP-fucosa.
Sin embargo, parece que la eficacia del análogo no es del todo completa. Y es que si bien preserva a las células sanas y evita que se conviertan en malignas, no es capaz de frenar la proliferación de las células tumorales, así que hay que seguir investigando para tener respuestas concretas.