El sueño correcto
El sueño en todos los seres vivos, y particularmente en el humano, es una función no solo placentera sino también reparadora para la mente, lo que mejora la calidad de vida de los pacientes.
A la edad de 25 a 30 años dormimos un tercio de nuestro tiempo. Aunque no se sabe con exactitud para qué sirve el sueño, se sabe que puede incluso ayudar a mejorar la información que se aprende durante el día.
El equilibrio de señales químicas denominadas neurotransmisores ayudan a mantener un sueño apropiado. Debido a alteraciones en la producción y eliminación de ciertos neurotransmisores, los pacientes con enfermedad de Parkinson presentan alteraciones del sueño que en un inicio pueden pasar desapercibidas.
Una de las principales quejas es el insomnio o la fragmentación del sueño, lo cual se relaciona con ansiedad, depresión e incluso en algunos estudios se ha rela- cionado con el uso de ciertos fármacos como la levodopa.
Con frecuencia, las personas mencionan que deben dormir siestas, se quejan de fatiga y tienen excesiva somnolencia en las mañana.
Una de las recomendaciones para los pacientes es la realización de una terapia durante el día para que no realicen siestas y que en la noche tengan sueño placentero. Por otra parte, que su medicación oral se administre antes de dos o tres horas antes de irse a la cama.
En algunos casos, los pacientes pueden beneficiarse del uso de ciertos fármacos denominados benzodiacepinas como inductores del sueño o del uso de ciertos fármacos antidepresivos, ya que muchos pueden cursar con depresión mayor y esto exacerbar sus alteraciones.
Asimismo, el empleo de ciertos fármacos denominados agonistas dopaminérgicos se han asociado a una mejoría en el sueño de algunos pacientes con enfermedad de Parkinson, pues mejoran algunos síntomas como la rigidez o bradicinesia que presentan.