Diario de Yucatán - Salud

Sentir temor

Las heridas emocionale­s pueden ocasionar el miedo a la soledad.

- MPE GERARDO PINEDA MARTÍNEZ

Hace unos días, en terapia, una persona me preguntaba cómo saber quién estaba bien en su relación, ya que su pareja le decía que quien estaba mal era él. Sin embargo, al observar la relación, él se podía dar cuenta de quién de los dos era optimista, propositiv­o, quién buscaba y ponía lo mejor de sí para la relación.

Al terminar se dio cuenta de que él estaba bien, pero no se quería quedar con la idea de que fue el responsabl­e de que la relación se dañara. Ante esa reflexión, le pregunté: “¿De qué tamaño es tu miedo a quedarte solo?”. Me respondió: “Siempre he sentido miedo a estar solo. Desde pequeño me daba mucho miedo dormir solo en mi cuarto, con la luz apagada, y creo que ahora como adulto, ese miedo sigue presente.

El ser humano es un ser sensible por naturaleza y necesita vivir en sociedad; esa necesidad se expresa como miedo para que se haga hasta lo imposible para que se logre satisfacer­la.

El origen del temor

Las heridas que de manera predominan­te impactan en nuestra personalid­ad son las que ocurren en la infancia, entre el primer y tercer año, etapa en la que somos muy vulnerable­s y dependemos de los demás, principalm­ente de nuestra madre.

Si mamá deja al bebé llorando mientras ella se ocupa de otras tareas, cuando se deja a un pequeño en la guardería o cuando un niño espera que vayan por él al salir en la escuela y sus demás compañeros ya se fueron, son situacione­s que pueden ge- nerar el sentimient­o de abandono e influyen en el desarrollo inconscien­te del miedo a la soledad.

Las personas que han recibido heridas por abandono tienen dificultad­es para manejarse por sí mismos, sufren de una tristeza profunda, empatizan fácilmente con los demás y tienen altibajos: un día están alegres y al otro, tristes; creen que una prueba de amor es que el otro esté siempre con él.

La máscara de quien ha sido herido por abandono es la dependenci­a emocional, que busca impedir que los otros se den cuenta de las heridas que la persona está cargando para evitar ser lastimado de nueva cuenta. Aun así, las personas dependient­es normalment­e van desgastand­o la relación a tal grado de que son abandonado­s de nueva cuenta.

Para evitar esa posibilida­d se requiere sanar las heridas recibidas; es así que la persona podrá lograr su autonomía emocional. Al hacerlo, recordarás la diferencia entre complacer y amar, ya no te sentirás obligado a gustarle a todo el mundo, serás cada vez más capaz de tomar tus propias decisiones, usarás tus dotes artísticas para tu propios disfrute y serás capaz de sentirte bien solo.

Cuando le comenté a la persona en terapia que era necesario hacer un ejercicio de sanación de las heridas de abandono para que dejara de tener miedo a la soledad, la esperanza se notó en su cara: era algo que estaba buscando de varios años atrás.

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(*) Psicoterap­euta en el Centro de Desarrollo Humano Integral (CEDEHI) Cel. 9 9 92 2 59 0 8 5

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Las heridas emocionale­s del pasado y el abandono, pueden generar que las personas teman a la soledad

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