Una proteína es la culpable
Ausencia de pelo puede ser parte de la adaptación
La comunidad científica y médica ha dudado sobre la razón por la que no tenemos vellos en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Ahora, científicos aseguran haber encontrado la respuesta gracias a un estudio que les tomó años.
De acuerdo con información de “BBC”, científicos de la Escuela de Medicina de la Universidad de Pensilvania llegaron a la conclusión de que “la culpable” es una proteína. Se trata de la Dickkopf 2 (DKK2), que bloquea las llamadas “vías de señalización WNT”, unos canales celulares que, entre otras cosas, se encargan de desencadenar el crecimiento piloso.
“En este estudio, mostramos que la piel en regiones sin pelo produce naturalmente un inhibidor que impide que las WNT hagan su trabajo”, indicó Sarah E. Millar, una de las autoras.
Pero ¿por qué algunos animales tienen pelo en casi todo su cuerpo y otros no? El estudio sugiere que se trata, como se intuía, de una adap- tación evolutiva. La investigación considera que ciertos animales evolucionaron para producir DKK2 en ciertas partes de sus cuerpos para ayudarlos a sobrevivir mejor a sus entornos.
Así, por ejemplo, una mano sin pelos serviría más para sostener instrumentos, mientras la ausencia de vellosidad en la planta de los pies ayudaría a caminar mejor. En climas fríos, en cambio, sería mejor si están recubiertas, como pasa en el caso de los osos polares.
Para llegar a estas conclusiones, el equipo analizó la piel de las patas de un ratón, que no tiene pelos en sus plantas, y lo comparó con la de otros animales que sí tienen, como los conejos. Al comparar los niveles de DKK2 entre las dos especies, encontraron que la cantidad de la proteína era notablemente menor en la piel de los animales que tienen vellos en la planta de sus patas; además, el nivel de la molécula era mucho mayor en las zonas donde no crece el pelo que en las zonas más peludas.
Los investigadores esperan que el hallazgo pueda ser utilizado para tratar enfermedades o para futuros tratamientos a personas que han sufrido accidentes.