Diario de Yucatán - Suplemento Especial
Medalla al Mérito Médico
Álvaro Javier Vivas Arjona
El doctor Álvaro Javier Vivas Arjona, especialista en enfermedades de la piel, recibirá este año la Medalla al Mérito Médico en el marco de la celebración de los 31 años de labores del Centro Médico de las Américas, institución de la cual, más que como colaborador, se declara amigo.
Platicar con el doctor Vivas Arjona es estar en contacto con una vasta experiencia en el ramo que domina. Cuenta que en sus inicios se desempeñó como docente, para lo cual tuvo que sacrificar sus días de descanso, los domingos, para asistir a cursos sobre enseñanza, y así poder transmitir de la mejor manera sus conocimientos a médicos en formación. Al respecto, indica que si bien fue un sacrificio, valió la pena porque lo que aprendió le dio lugar a que avanzara en sus propósitos.
“Me facilitaron todo”, reconoce el profesional en la entrevista efectuada en su consultorio particular, cuya sala de espera está decorada con los innumerables reconocimientos y diplomas que ha recibido a lo largo de su trayectoria, además de fotografías con distintas personalidades del ámbito médico, además de políticos.
El doctor Vivas Arjona, quien nació el 3 de diciembre de 1923, en el puerto de Progreso, se graduó como Médico Cirujano y Partero por la Facultad de Medicina de la Universidad Autónoma de Yucatán (Uady), en 1958; cuenta con posgrado en Dermatología y Leprología por la Secretaría de Salubridad y Asistencia, el Centro Dermatológico Ladislao de la Pascua, Servicio de Dermatología del Hospital General, y la Asociación Mexicana de Acción contra la Lepra, C.C.
Experiencia en investigaciones
Los recuerdos de su experiencia médica fluyen como si recién hubieran ocurrido, como las investigaciones en las que colaboró para combatir la larva migrans, que incuban el gato y el perro, cuyo ciclo biológico comienza con el segundo, se transmite al primero y si las heces de éste se depositan en arena húmeda llegan al sitio ideal para su desarrollo y posterior transmisión a los humanos en cuya piel “nada” la “solitaria” en que se manifiesta el parásito.
Sobre esa experiencia cuenta cuándo surgió el mal en Isla Mujeres en numerosos pescadores quienes, le reportaron, quedaron “guisados en fideos”. El mal, refiere, comenzó cuando hubo una plaga de ratones en la isla y para combatirlos los pescadores llevaron desde Yucatán “sacos de gatos”. Precisamente ése fue el origen de esta epidemia.
Por ese padecimiento y otros similares, el doctor Vivas ha colaborado en numerosas investigaciones, como en el Programa de Estudios en la Península de Yucatán sobre Leishmaniasis, co investigador, Departamento de Microbiología y Parasitología, Facultad de Medicina de la Universidad Nacional Autonóma de México (Unam), en 1963; Trabajos de Evaluación y Efectividad Terapéutica de Nuevos Esteroides Tópicos en la Psoriasis; co-investigador con el doctor Nardo Zaias del Hospital Mount Sinaí, en Florida, Estados Unidos, de 1972 a 1980.
Otra experiencia se produjo al ser reclutado por una religiosa de origen español para colaborar en investigaciones sobre la lepra, aunque eso fue motivo para que sus compañeros y colegas le gastaran bromas en cuanto a que había llegado “la hora del rezo”, comenta con simpatía.
Las experiencias y las anécdotas del doctor Vivas son innumerables y entre ellas destacan aquellas en las que incluso exponía su integridad por lo estigmatizantes que resultaba padecer en el pasado determinadas enfermedades, entre ellas las de transmisión sexual.
Otras son jocosas como la relacionada a su labor como docente y relató a sus discípulos a cómo atraer en las batidas de venado —que en aquel entonces no eran perseguidas— con esencia de venada en celo, aunque con la advertencia de que luego de aplicarlo en determinado lugar debían correr al vehículo en el que se transportaban para no convertirse en blanco de las expresiones amorosas de los cérvidos.
La Medalla al Mérito Médico que recibirá el doctor Vivas coronará poco más de nueve décadas de servicio médico y enseñanza, en los que ha recibido innumerables reconocimientos, entre ellos diplomas como Miembro Extraordinario de la Cátedra de las Américas, en la Escuela de Ciencias Antropológicas de la Uady, 2008; diploma de reconocimiento como Maestro Distinguido, Facultad de Medicina de la Uady, generación 1975-1981; diploma de reconocimiento por su trayectoria profesional, otorgado por el Colegio de Dermatólogos de Yucatán, como Decano y socio fundador de dicho colegio, febrero de 2008; reconocimiento y nombramiento como miembro de la Sociedad Internacional de Historia de la Medicina, por su contribución y por la creación de una nueva forma de expresión de la historia, octubre de 2013; recipiendario de la Medalla Juan Miguel Castro y Martín y reconocimiento como ciudadano distinguido, otorgados por el ayuntamiento de Progreso, 2008, y recipiendario de la Medalla Yucatán, otorgada por el gobierno del Estado por su relevante trayectoria y contribución al desarrollo del Estado, 2008.
Respecto a su colaboración con el Centro Médico de las Américas, el profesional relata que ha sido maravillosa, de una hermosa amistad con el cuerpo médico, de haber tenido y tener lazos que lo unen con profesionales tanto experimentados como jóvenes. “Se trata sólo de amistad pura, de simpatía, de gustos comunes”, puntualiza.