Radical se inmola en una mezquita
Atentado suicida deja 21 muertos en Arabia Saudí
RIAD (EFE).— Un atentado suicida, reivindicado por el Estado Islámico (EI) en una mezquita chií en la población de Al Qadih, dejó una veintena de personas muertas y un centenar de heridos.
Este ataque es el más grave perpetrado contra los chiíes saudíes, y en general en todo el reino, desde hace una década y pone de manifiesto las intenciones del grupo yihadista de golpear a los ciudadanos que no profesan la doctrina suní.
Ya en noviembre pasado una grabación atribuida al dirigente yihadista Abu Bakr al Bagdadi llamó a la guerra en Arabia Saudí y urgió a los saudíes a rebelarse contra los chiíes de su país, la familia gobernante Al Saud y el Ejército.
Según el Ministerio de Sanidad, los fallecidos ayer ascienden a 21, y de los heridos la mitad continúan ingresados en los hospitales recibiendo tratamiento.
El suicida detonó el cinturón de explosivos que llevaba escondido bajo la ropa en la mezquita del Imam Ali Abi Talib, situada en la provincia oriental de mayoría chií de Al Qatif.
Varios activistas indicaron que el suicida se hacía pasar por mendigo y llevaba una semana merodeando por la zona.
La mezquita estaba llena de fieles ya que el atentado coincidió con la oración del mediodía del viernes y con las celebraciones por el nacimiento del imán Husein, nieto del profeta Mahoma.
Pocas horas después del atentado, el Estado Islámico se atribuyó la autoría en un comunicado difundido en foros yihadistas, en el que identificó al suicida como “el hermano mártir Abu Amer al Nashdi”.
La nota calificó a los chiíes de “infieles” y los acusó de insultar al profeta Mahoma y a sus compañeros.
Dirigiéndose al grupo religioso, el EI amenazó con “días negros” y juró que sus soldados no estarán tranquilos sino hasta expulsar a todos los “infieles” de la península Arábiga.
La comunidad chií representa en torno a un 10% de la población saudí —predominantemente suní-—y se queja de sufrir discriminación y marginación.