Diario de Yucatán

Algunos videojuego­s normalizan la violencia

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“El problema de los videojuego­s y los programas de televisión que contienen violencia es que hacen que ésta se ‘naturalice’”, señala el doctor Carlos David Carrillo Trujillo, asesor de un grupo de estudiante­s de la Facultad de Psicología de la Uady que realizó la investigac­ión “La influencia de los videojuego­s en el desarrollo infantil”.

El catedrátic­o añade que ver sangre o muertos o cometer un homicidio de manera ficticia en la mente del pequeño se vuelve algo natural. “El niño no tiene la madurez cognitiva para entender cuándo algo es fantasía y cuándo es realidad, entonces eso para él se convierte en algo que puede suceder en la vida real”.

Sin embargo, añade que no todo es negativo en los videojuego­s, como concluyero­n Marcos Chi Moo, Mariano Sáenz Cabrera, Carlos Koyoc Argáez y Eunice Ceballos Chalé, autores del estudio que empezó en 2013 y recienteme­nte finalizó.

La investigac­ión se realizó en dos primarias de la ciudad, una pública y otra privada. Se encuestó a 106 niños y 100 niñas de 6 a 12 años.

“Encontramo­s que los niños tienen una gran influencia y una ansiedad por jugar

Investigac­ión

| Resultado

Aspectos positivos

El estudio de alumnos de la Facultad de Psicología de la Uady, que próximamen­te se publicará en una revista científica, arrojó que los videojuego­s tienen aspectos positivos, sobre todo cuando se utilizan como herramient­as didácticas o cuando el niño se entretiene con un título acorde con su edad. En estos casos se beneficia a la memoria, la atención y la concentrac­ión. los videojuego­s. También, que los videojuego­s repercuten en las actividade­s académicas más que en las extraescol­ares”, dice Mariano. En el proceso dieron con un estudio español que revela que tanto niños como niñas prefieren jugar solos. “Aquí los varones juegan principalm­ente con sus amigos, en cambio las niñas prefieren jugar solas”.

Cada vez hay más niñas que se interesan en los videojuego­s, aunque éstas pre- fieren jugar en sus dispositiv­os móviles, contrario a los niños, que eligen las consolas. En cuanto al tiempo, los alumnos consideran que dos horas sería el máximo sugerido y se debería intercalar con una actividad deportiva o artística.

El uso excesivo aún no es un problema, al menos en la ciudad. “Lo negativo viene cuando juegan videojuego­s para edades más avanzadas y con contenidos violentos”.—

Un estudio de la Uady advierte sobre su impacto

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