Violento y “experto escapista”
Policías y vecinos describen a un joven abandonado
HUNUCMÁ.— Como violento y “experto escapista” describen vecinos y policías a Ricardo Humberto Tzab Hinojosa (a) “Kika”, de 33 años de edad, quien el 26 de noviembre sobrevivió a una golpiza y al salir del hospital O’Horán se encontró con que su madre cerró la casa y se fue a vivir con una hija porque, se dijo, él la agrede.
Desde entonces “Kika” vive en un cuarto del patio de su casa y recibe un plato de comida al día del vecino Isidro León Romero.
Vecinos de “Kika” confirman que él no sólo atemoriza a sus familiares sino también a familias del rumbo.
—Aquí hay familias con niños y adolescentes y existe un temor permanente de que puedan ser agredidos por “Kika”, como ha sucedido algunas veces —señala una vecina, quien pide no publicar su nombre.
Tzab Hinojosa también es conocido por escapar de los muros de concreto del cuarto donde su familia lo pensaba encerrar, e incluso de los calabozos de la cárcel.
—Tiene una habilidad extraordinaria para abrir boquetes solamente con las uñas y manos —dicen el comandante Wílberth Dzul Cool y el policía Fernando Cabañas Can.
—Primero quita con la uña partes del revoco; al obtener alguna pequeña cuña de piedra, la utiliza para seguir excavando y retirando el material de concreto, hasta lograr desprender las rocas grandes —indica el jefe policíaco.—
HUNUCMÁ.— Hasta su adolescencia, Ricardo Humberto Tzab Hinojosa (a) “Kika” fue un destacado futbolista, lo que le valió ser convocado en varias ocasiones para jugar en torneos estatales, con equipo locales, recuerdan el comandante Wílberth Dzul Cool y el policía Fernando Cabañas Can.
En entrevista, ambos agentes dicen que conocieron a Tzab Hinojosa por su talento para aprovechar jugadas y meter goles, cuando militaban en otros equipos de fútbol en esa época.
—Él, hasta donde recuerdo, pertenecía al equipo Danger y se puede decir que era su jugador estrella —expresa Dzul Cool.
—De hecho, sus (dos) hermanos también fueron buenos futbolistas en su juventud —agrega.
Los entrevistados dicen que desconocen en qué momento “Kika” cambió el fútbol por las drogas, pero todo parece indicar que empezó a inhalar pegamento cuando laboró en una zapatería, en su adolescencia.
A la drogadicción, vicio en el que al parecer se inicio poco antes de los 12 años, le siguió el gusto de robar.
—Cuando “Kika” comenzaba su adicción a las drogas y su carrera delictiva, se le hizo ver a sus padres pero, como casi siempre sucede, su madre, María Teresa Hinojosa Herrera, en lugar de corregirlo, lo solapó, argumentando que su hijo era inocente de los acusaciones que se le hacían —recuerda, por su parte, el comandante Jesús Canul Uicab.
Un vecino de la calle 33 entre 22 y 24 del Centro, donde tiene su casa la familia Tzab Hinojosa, considera que “Kika” fue víctima de una familia disfuncional.
—No recibió una atención adecuada y por eso “Kika”, que pudo destacar más como deportista, desvió su rumbo —dice el vecino, quien pide conservar el anonimato.
Los vecinos consultados indican que María Teresa Hinojosa es adicta a las bebidas embriagantes prácticamente desde que se casó y vino a vivir a esta ciudad, proveniente de Umán.
Agresión
A las 7:10 de la noche del 26 de noviembre Isidro León Romero, encargado del bar La Cruz Verde, en la calle 24 con 33, fue a ver a “Kika”, de 33 años de edad, y lo halló ensangrentado y tirado en el patio de su casa.
León Romero habló a la vecina Lucero Novelo Uicab, quien a su vez llamó a la Policía Municipal, que detuvo a María Teresa.
Luego se supo que hora y media antes María Teresa pidió a León Romero que llamara a la Policía porque “Kika” la estaba agrediendo, pero los agentes llegaron y se retiraron tras ver ebria a la madre de familia, quien al final fue liberada.
Cuando “Kika” salió del hospital O’Horán se encontró con la casa cerrada y con que su madre fue llevada a vivir con una hija porque ya no se siente segura viviendo con “Kika”, ya que éste “es violento y consume drogas”. Él desde entonces habita un cuarto del patio familiar y recibe un plato de comida de León Romero, pero aún tiene lesionado el pie derecho.
En los hechos, Tzab Hinojosa no sólo entre sus familiares infunde temor, sino también entre algunas familias del rumbo.
—Aquí hay familias con niños y adolescentes y existe
De un vistazo
Antecedente psiquiátrico
Los mismos vecinos entrevistados dicen que cuando “Kika” ingiere los medicamentos que les dan en el Hospital Psiquiátrico las veces que ha sido internado, se le logra controlar, pero el problema es que no se le da seguimiento al tratamiento.
Sin tratamiento
Ahora no tiene tratamiento contra su mal. “Nosotros le damos medicamento para que se recupere de sus lesiones, pero no para su problema psiquiátrico”, expresa el vecino Isidro León Romero. “El problema es que la mamá es la que tiene todos papeles del antecedente médico y recetas de ‘Kika’”.
No recibe ayuda
También dice que salvo el apoyo que él le da, el lesionado no recibe ayuda. Los vecinos de “Kika” consideran que alguna autoridad debe de tomar cartas en el asunto y darle tratamiento, hasta lograr que se convierta en un ciudadano de bien.
un temor permanente de que puedan ser agredidos por “Kika”, como ha sucedido algunas veces —señala una vecina, quien también pide no publicar su nombre.
—Sí, es cierto que durante buen tiempo “Kika” es tranquilo, pero de vez en cuando se altera y pone violento, al parecer cuando ingiere bebidas embriagantes —dice.
—El problema es que no sabemos cuándo se va poner violento —añade—. En cierta forma entendemos a su familia, la cual ya está cansada de “Kika” y por eso decidieron abandonarlo.
Tzab Hinojosa también es ampliamente conocido como “experto escapista”. Ni los muros de concreto del cuarto donde su familia lo pensaba encerrar, ni de los calabozos de la cárcel lo han podido privar de su libertad.
—Tiene una habilidad extraordinaria para abrir boquetes solamente con las uñas y manos —dicen el comandante Canul Uicab, y los otros agentes entrevistados.
—Primero quita con la uña partes del revoco; al obtener alguna pequeña cuña de piedra, una vez descubierta, lo utiliza para seguir excavando y retirando el material de concreto, hasta lograr desprender las rocas grandes.
—Lo mismo sucede cuando los muros son de bloques. No hay muro que lo detenga —insiste el jefe policíaco.
—En la casa de su familia pretendieron reforzar los muros con barrotes de fierro, pero tampoco dio resultados —señala el entrevistado.
También recuerda que hace unos años sus mismos familiares solicitaron un amparo para deslindarse de los daños que cause “Kika”.
—Sus mismos familiares nos han exigido que encerremos a “Kika”, pero ¿cómo hacerlo, si no hay motivo para hacerlo? —cuestiona.—