Verdadera diputada de oposición
La experiencia del país demuestra sin lugar a dudas que este no avanza porque lo tienen atascado las dos primeras fuerzas políticas que lo dominan, el PAN y el PRI. El PRD, en cuyo interior tiene primacía la corriente conocida como “Los Chuchos”, les hace en gran medida la segunda, aunque a veces en el interior del mismo otras corrientes presionen y logren imponerse obligándolo a no acompañar, en algunas de sus acciones, a la dupla.
Esto se ha puesto de manifiesto varias veces. Por ejemplo, en la elección de los dos ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación para los próximos 15 años, que recientemente se llevó a cabo en el Senado, no fueron electos dos juristas con trayectoria independiente, que realmente llegarían a esa instancia para servir de contrapeso a los otros dos poderes de la república, sino dos “amigochos” de la camarilla gobernante, integrada por el PRI y en medida menor su socio.
Ricardo Alemán, un periodista orgánico de la cúpula priista, lo dijo claramente con dos semanas de anticipación. Escribió en su columna los nombres de quienes serían electos: Norma Lucía Piña Hernández y Javier Lainez Potisek, y argumentó por qué: “La decantación de (Norma Lucía) Piña Hernández y (Javier) Laynez Potisek se debió a que en los dos casos se trata de cartas que en su momento propusieron tanto el ex presidente Felipe Calderón como el ————— (*) Maestro en Español. Especialista en política y gestión educativa presidente Enrique Peña Nieto” (“El Universal”, 24-XI-15).
Norma Piña ya había estado en una de las ternas que en noviembre de 2012 Calderón envió al Senado para sustituir a los magistrados Guillermo Ortiz Mayagoitia y Sergio Aguirre Anguiano, que se retirarían de la SCJN el 30 de ese mes y Laynez Potisek fue quien elaboró parte de la reforma energética, en especial el régimen de ocupación temporal de tierras, mediante contratos obligatorios por las trasnacionales que están llegando al país para explotar su petróleo.
O sea que lo de las ternas fue pura farsa, porque los dos partidos se pusieron de acuerdo al margen de ellas para “elegir” a los que el gran dedo les señaló. Es de hacer notar que sólo un senador panista, Javier Corral —único consecuente de principio a fin entre lo que dice y hace—, en su bancada votó en contra. Se reforzó así el sometimiento de la Corte a los intereses del Poder Ejecutivo de la nación.
En la Cámara de Diputados, aquellos dos partidos más los satélites del PRI —el delincuencial Verde, el nuevo palero PES y el de los “charros” del SNTE, Panal— se pusieron de nuevo de acuerdo para dar otro golpe a los intereses populares. Aprobaron la iniciativa de Enrique Peña Nieto de convertir al Pensionissste, que es la única Afore pública que hay en México —en la que están inscritos más de un millón 400 mil trabajadores con un fondo de más de 119 mil millones de pesos—, que por su condición de empresa sin fines de lucro cobra menos a los ahorradores por comisiones y reparte más utilidades entre éstos que las demás, todas privadas, en otra igual a éstas.
Se negaron a tomar en cuenta la opinión de los cientos de miles de trabajadores del Estado que sufren las consecuencias del régimen pensionario que existe en México que, se según la propia OCDE, está clasificado entre los peores del mundo, que empeorará con este cambio. Votaron juntos por convertir a la institución en una paraestatal con participación de capital privado, en la que ya no habrá, responsabilidad alguna del Estado por minusvalías, pérdidas o mermas en los fondos de los ahopasado rradores.
Es a los grandes monopolios financieros del país, ávidos de meterle el diente a todo lo que signifique seguir engordando sus estratosféricas ganancias a quienes, realmente, beneficia este cambio. Detenido el proceso en el Senado, a donde pasó el dictamen, es indefectible su aprobación en el próximo periodo de sesiones.
En la Cámara local de diputados, con frecuencia se escenifican episodios que muestran cómo las posturas de quienes un día fueron grandes rivales se han aproximado porque defienden en esencia los mismos intereses. Esto se pudo apreciar muy claramente en la sesión del viernes cuando ambos grupos parlamentarios se le fueron a la yugular a la única diputada realmente de oposición en esa Cámara, la de Morena, Jazmín Villanueva Moo, porque se atrevió a cuestionar lo que sin la más mínima discusión, como con apego a un guión, ya habían cocinado respecto al aumento de impuestos en las leyes correspondientes ambos grupos. Como les rompió su idílico romance, los diputados de ambas bancadas enfurecieron cuando los cuestionó por los aumentos contenidos en las leyes que estaban aprobando. No sólo armaron un coro de gritos contra ella, sino que le cortaron el micrófono para que dejara de hablar.
El gobierno, dijo la diputada en una de sus intervenciones, aplica un aumento por reposición de placas de 35% para 2016 que, si no le suben más en el presupuesto que se apruebe el próximo año, repercutirá masivamente en esa proporción en el canje de ellas ya anunciado en 2017. Y en otra se refirió al aumento en el predial del Ayuntamiento de Mérida, con el que manifestó su desacuerdo. “Ahí afuera —le dijo a uno de los diputados— hay miles de yucatecos que se rompen el alma trabajando, vaya a trabajar como ellos y verá que no se puede vivir así”.
La acusaron de convertir el Congreso en un mercado, cuando son ellos los que lo han convertido en eso, canjeando impúdicamente apoyos de unos a los intereses de los otros y viceversa. La diputada exhibió el amasiato que viven hoy panistas y priistas por encima de la sociedad.— Mérida, Yucatán.
En la Cámara de diputados se escenifican episodios que muestran cómo las posturas de quienes un día fueron rivales se han aproximado