Evita olvidarte de los nombres
Nuestra memoria no es un simple grupo de archivos
LONDRES.— Pasas horas hablando con alguien interesantísmo a quien acabas de conocer y te parece fascinante. Después llega otro amigo y quieres presentarle a tu acompañante. Pero te quedas en blanco, incapaz de recordar cómo se llama.
“Puedo recordar toda clase de detalles sobre una persona, pero olvidarme completamente de su nombre, incluso después de una extensa conversación, es algo embarazoso”, confiesa Dan, un lector, a la BBC.
La respuesta implica aprender una cuestión fundamental sobre la naturaleza de la memoria. Y es una cosa que, además, puede ayudar a evitar la vergüenza de olvidar el nombre de alguien con quien se conversó durante una hora.
Para saber por qué sucede eso hay que reconocer que nuestra memoria no es un simple sistema de archivos con distintas carpetas para cada clase de información, incluyendo una tan importante como “Nombres”.
Más bien, nuestras mentes
son asociativas. Se desarrollan a partir de información interconectada. Es por eso que soñamos despiertos. Te das cuenta, por ejemplo, de que un libro que estás leyendo se imprimió en París y en París está la Torre Eiffel que, por cierto, fue visitada por tu prima Mary el verano pasado. A Mary le encanta el helado de pistache. Te preguntas si habrá comido helado de pistache cuando estaba arriba en la Torre.
Y las asociaciones siguen con cada cosa conectándose no por lógica, sino por coincidencia de tiempo, lugar, por cómo aprendiste la información y lo que significa.