Alerta delictiva
Más adolescentes cometen delitos de alto impacto
Dídier Escalante Vega, director del Centro Especializado en Aplicación de Medidas para Adolescentes (Ceama), hizo un llamado de alerta ante el alza en el número de jóvenes implicados en delitos de mayor gravedad o de alto impacto. “Es un llamado de atención de que algo está ocurriendo”.
El centro cuenta hoy con una población de 53 internos (tres mujeres). El 60% de ellos está por robos con violencia y arma de fuego, el 20% por homicidios, dos jóvenes están por secuestro y los demás por otros crímenes, incluso del orden federal.
El director comentó que la dinámica social y la influencia de las redes sociales juegan un papel importante en la falta de valores, que en muchos casos lleva al joven a aislarse y delinquir.
Como ejemplo citó el tiroteo en Monterrey, pues lo que llevó al joven a cometer esa matanza, señaló, fue la falta de valores inculcados por sus padres y la influencia de las redes sociales.
Nuestros jóvenes están creciendo, en su mayoría en un entorno violento, dijo.
“El internet no es malo, sólo que los papás deben estar al pendiente de qué hacen sus hijos y con quién están en contacto”, agregó.
En su opinión, el núcleo familiar está fallando. “No hay reglas ni disciplina en casa”.
Entrevistado por el Diario tras la firma de un convenio de colaboración con el Patronato Cultur, Escalante Vega expuso que por el cambio de roles en los que papá y mamá trabajan, en muchas ocasiones los jóvenes se quedan solos y los padres ya no están al pendiente de ellos.
“Es un tema de familia que hay que atender”.
El 80% de los jóvenes que purgan una condena en el Ceama proviene de familias desintegradas o disfuncionales y alega que sus padres no les prestaban atención.
En su mayoría, esos jóvenes eran adictos al alcohol
o a alguna droga.
El director indicó que el mapa delincuencial, en el caso de adolescentes, muestra una leve diferencia en cuanto al índice delictivo de los adultos.
El 60% de los internos proviene de Mérida y el otro 40% del interior del Estado, en especial Kanasín y Oxkutzcab, dos de los municipios más violentos de la entidad y con serios problemas de pandillerismo.
Esto es contrario a lo que ocurre con la delincuencia adulta, donde Mérida concentra cerca del 80% del índice delictivo del Estado.
En los últimos años adolescentes han participado en delitos más violentos. Por ejemplo, el doble crimen en Juan Pablo II, donde dos jóvenes mataron a madre e hija por oponerse al noviazgo de ambos. También están los sonados casos del secuestro de una mujer, enfrentamientos y algunos homicidios entre pandillas.
“Lo que podemos presumir es que somos de los pocos centros de reinserción social que tenemos el 100% de reinserción, ningún adolescente que terminó su tratamiento ha vuelto a ingresar”, dijo el director.—