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En materia de trasplantes de órganos y tejidos, Yucatán se sitúa entre los estados más avanzados del país, dice el doctor Jorge Martínez Ulloa Torres.— Métodos innovadores
Yucatán se ha convertido en referente nacional en materia de trasplantes gracias, principalmente, a que la cultura de donación de órganos y tejidos se ha expandido en la entidad. Son temas encadenados que forman un círculo de solidaridad, porque “sin donante no hay trasplante”, recuerda el doctor Jorge Martínez Ulloa Torres.
La tasa de donación del Estado supera en 200% la media nacional, destaca el director del Centro Estatal de Trasplantes y especialista del Centro Médico de las Américas, quien atribuye estos excelentes resultados a la generosidad de las familias yucatecas, que en un momento tan difícil deciden ayudar a otros de la manera más altruista posible y sin mirar a quien, ya que las identidades del donante y del receptor, por ley, se guardan en el anonimato.
De todos los rincones
Actualmente Mérida funge como un centro de concentración de trasplantes no sólo para la Península, sino para toda la república. Gracias a la productividad y la buena imagen que tiene el programa de donación y trasplante, pacientes de todo el país acuden al estado.
“Es común trasplantar riñón a enfermos de Quintana Roo, Campeche, Chiapas, Tabasco, etc., y en el caso de hígado, incluso han venido desde Baja California”.
El Reporte 2016 del Centro Nacional de Trasplantes consigna 154 intervenciones en Yucatán: 102 de córnea, 49 de riñón y tres de hígado.
Evolución
El doctor Martínez Ulloa destaca un dato importante: la donación cadavérica va en aumento. “Por ejemplo, desde hace mucho realizamos el trasplante de riñón, pero antes prácticamente todos los órganos eran de donantes vivos y hoy el 40% proviene de cadáveres. Nuestra meta es que la cifra alcance el 90%”.
Otro avance significativo, continúa, es que en Mérida la cirugía de extracción de riñón de donante vivo se realiza por laparoscopia, opción que ofrecen pocos estados del país. “Y ni se diga del trasplante hepático: sólo ocho o nueve estados además del nuestro lo realizan”.
Otro procedimiento que se practica aquí y que de igual forma contadísimos estados de la república lo tienen es el implante de huesos masivos, intervención que ayuda a salvar las extremidades de pacientes oncológicos, que hasta hace poco eran amputadas irremediablemente.
“Y en el tema del trasplante corneal, tenemos especialistas que realizan un revolucionario procedimiento llamado trasplante lamenar —únicamente se sustituyen las capas dañadas de la córnea—, que ha resultado en un incremento del número de casos aptos para la cirugía. Como en los casos anteriores, pocos estados del país lo tienen”.
Acerca del trasplante de corazón, dice que actualmente los yucatecos que lo necesitan son enviados al centro del país, pero hay proyectos muy serios de arrancar en poco tiempo el trasplante cardíaco en el Estado.
¿Dónde se realizan?
Los trasplantes de córnea y riñón, así como los injertos de hueso se practican tanto en instituciones públicas como privadas. En el caso del trasplante hepático, el Centro Médico de las Américas (CMA) es la única institución en la ciudad con licencia para hacerlo. Fue precisamente en este hospital que en abril de 2016 el doctor Martínez Ulloa encabezó al equipo de especialistas que realizó el histórico primer trasplante de hígado en el sureste de México. “Hasta el momento llevamos siete, uno de ellos doble hígado y riñón a un solo paciente. Es un programa activo y con buenos resultados”.
Aunque declina hablar de cifras, el especialista asegura que resultan mucho más costosos los tratamientos de males crónicos que un trasplante. “Y eso sin contar la pobre expectativa y calidad de vida de los enfermos. Si se compara el trasplante con la diálisis, por ejemplo, es como hablar del día y de la noche. Con el trasplante, la vida no sólo gana años, sino calidad”.
Por último, insiste en que es falso que no exista una cultura de donación o que este acto supremo de generosidad esté lastrado por prejuicios. “Lo que falta es estructura hospitalaria que soporte el proceso de donación. El mexicano es muy empático y ayuda. Si preguntas de manera clara, explicando el porqué, la necesidad, el destino de los órganos, generalmente las familias aceptan. Es una bonita forma de trascender”.—