Diario de Yucatán

Dios trabaja de muchas formas

- María Marín COLUMNISTA

El cáncer de mama me obligó a someterme a una doble mastectomí­a hace dos semanas. El día de la cirugía, lo que más me aterroriza­ba no era perder mis senos, era el tormento que experiment­aría después de la operación porque soy alérgica a los opioides o cualquier otro medicament­o recetado para el dolor. Así que enfrentarí­a esta operación “a sangre fría”. Y para colmo, no tolero ningún tipo de anestesia, reacciono con náuseas horribles y un mareo espantoso que dura más de 24 horas.

Antes de que me anestesiar­an, miré hacia el cielo y le pedí a mi mamá, que en paz descanse: “Mami acompáñame en esta operación y ayúdame a pasar este trago amargo”. Cerré los ojos y me encomendé a Dios.

Después de 6 horas de cirugía comencé a abrir los ojos. El dolor era atroz, como si tuviera un elefante sentado en mi pecho y las nauseas se apoderaron de mí. Cada mínimo movimiento me provocaba un dolor desesperan­te, ¡Estaba viviendo una tortura!

Vi al pie de la cama a mi adorada amiguita Yazmin quien es como una hija para mí. Tenía los ojos llorosos. Se me acercó, me tomó de la mano y algo inesperado sucedió. Sentí que compartía y entendía mi dolor. En medio de mi agonía, su presencia era como un bálsamo que me daba paz.

Al día siguiente vino a visitarme. Le di las gracias por haberme ayudado a sobrepasar el día más tormentoso de mi vida. Y me confesó lo que le sucedió la noche anterior: “María, soñé con tu mami, la que está en el cielo. Ella me cocinaba y me decía: Yazmin, aliméntate bien, necesitas estar fuerte para mañana. Va a ser un día muy duro porque vas a cuidar a mi María”. Quedé erizada con sus palabras. Yazmin nunca la conoció, pues mi madre murió de cáncer de mama cuando yo tenía 9 años.

Hoy no me cabe duda que mi madre estuvo acompañánd­ome en el momento más agonizante de mi vida. Y ahora entiendo ese refrán que dice: “Dios trabaja de maneras misteriosa­s.”

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Mexico