Acusa “grosera injerencia”
Venezuela afirma que no reprime manifestaciones
CARACAS (EFE).— La canciller de Venezuela, Delcy Rodríguez, aseguró ayer que el gobierno de Nicolás Maduro no reprimió las manifestaciones opositoras de los últimos días sino que ha “contenido la violencia”, que en algunos casos se ha desatado y ha dejado al menos seis muertos, según balances no oficiales.
Delcy Rodríguez criticó que países miembros de la Organización de Estados Americanos (OEA) llamen a las fuerzas de seguridad ciudadana de Venezuela a no reprimir las protestas opositoras pues, remarcó, en el país caribeño “no se ha reprimido, sino se ha contenido la violencia”.
“Hay una posición de doble estándar, de parcialización política, de selectividad política que no condenan la violencia que ejerce la dirigencia opositora promoviendo destrozos, sufrimiento, terror y angustia en la población”, dijo la ministra de Exteriores en entrevista con el canal estatal VTV.
Según la canciller, las protestas convocadas en las últimas dos semanas por la opositora Mesa de la Unidad Democrática han mostrado “violencia extremista”.
La funcionaria rechazó el pronunciamiento de 11 países de Latinoamérica que condenaron las muertes ocurridas durante las protestas y pidieron al gobierno que garantice la manifestación pacífica y a la oposición que sea responsable al ejercer ese derecho.
“Esto forma parte de una política sistemática de un grupo de países que en nuestra región han formado una especie de tribunal de la inquisición contra Venezuela”, consideró Delcy Rodríguez tras calificar dicho pronunciamiento como una “grosera injerencia”.
Delcy Rodríguez también calificó como una “histeria” la aplicación de la Carta Democrática a Venezuela, una iniciativa promovida por poco más de una docena de miembros de la OEA que pudiera dejar al país fuera del organismo continental.
Asimismo, cuestionó el
“silencio absoluto” de dicha organización ante las sugerencias hechas por Venezuela como debates sobre el cambio climático y sobre la construcción de un muro en la frontera entre México y Estados Unidos propuesto por el presidente estadounidense, Donald Trump.