En una guerra de acusaciones
Ex funcionario atribuye a una edil daño moral
El conflicto entre el ex director del rastro municipal de Mérida Santiago Alamilla Bazán y la regidora del Movimiento Ciudadano Milagros Romero Bastarrachea llegó a los tribunales.
Ayer el ex funcionario acudió con su abogado al Juzgado Primero Civil para interponer una denuncia por daño moral contra la regidora, “por las calificaciones y comentarios insultantes que estuvo manifestando a lo largo de un año en las diferentes sesiones de Cabildo”. Según Alamilla, fue acusado de “situaciones ilícitas que en ninguno de los casos tenía ningún sustento y eran completamente falsas”.
Horas antes, la regidora ofreció una rueda de prensa para hacer nuevas denuncias, aunque en esta ocasión no contra Alamilla Bazán, sino contra el director del Catastro Municipal, Heidé Cetina Rodríguez, a quien acusó de permitir “por amiguismo” la municipalización y dar autorización para que se fraccionara un terreno de Chuburná, propiedad ejidal, donde se construyeron casas, sin cumplir el reglamento de vivienda.
Más tarde, en respuesta a las acusaciones, Cetina Rodríguez informó que el caso al que hace referencia la regidora se trata de predios que provienen de divisiones que hizo la Cousey (hoy IVEY), en 2001. Enfatizó que el Catastro no tiene atribuciones para fraccionar terrenos ejidales. Sin embargo, añadió, si el ejido considera que tiene derechos sobre esos terrenos, deberá litigarlo en tribunales agrarios o civiles.
El ex director del rastro municipal Santiago Alamilla Bazán denunció ayer por daño moral a la regidora María de los Milagros Romero Bastarrachea, del Movimiento Ciudadano (MC).
Acompañado del abogado José Carlos Medina Salas, el ex funcionario interpuso un juicio penal ordinario en el Juzgado Primero Civil por daño moral.
La demanda inicial, con el número de registro 00349/2017, es en contra de la regidora “por la serie de descalificaciones y comentarios insultantes que estuvo manifestando a lo largo de un año en las diferentes sesiones del Cabildo”.
De acuerdo con Alamilla Bazán, fue acusado de “situaciones ilícitas que en ninguno de los casos tenía ningún sustento y eran completamente falsas”.
En entrevista luego de interponer la querella, señaló que decidió acudir a las instancias legales “para que la regidora comprenda cuál es la finalidad de su trabajo en representación de los ciudadanos y pueda abstenerse de cometer estos abusos en cuanto a sus manifestaciones en las sesiones de Cabildo”.
“Se trata de una demanda por daño moral, por lo que está diciendo en contra de mi persona..., esperamos que responda jurídicamente por su comportamiento, por todas las descalificaciones, injurias y mentiras que ha vertido sobre mi persona y sobre mi desempeño profesional”, indicó.
La intención, insistió, es dejar un precedente de que los regidores tienen límites dentro de sus funciones y una
gran responsabilidad como servidores públicos.
Como informamos en su oportunidad, en la última semana de febrero se hicieron varios relevos en la administración municipal. Ante las versiones de que sería separado de su cargo, Santiago Alamilla dijo al Diario que efectivamente el alcalde Mauricio Vila Dosal le había solicitado su renuncia.
El entonces director de
Abastos y Rastro Municipal confirmó que el jueves 23 de febrero el presidente municipal le pidió su renuncia “que con gusto accedí a entregarle, sin mayor problema”.
Al día siguiente, mientras se realizaba la sesión de Cabildo en la que se hicieron oficiales los relevos, unos 50 matarifes del rastro municipal realizaron una protesta en el Palacio Municipal por
la remoción de Alamilla Bazán y la llegada a ese puesto de Rodolfo González Crespo. Los inconformes calificaron el movimiento de estrategia para acomodar a González Crespo y acusaron a la regidora Milagros Romero de estar detrás del cambio.
En efecto, la salida de Alamilla de la Comuna estuvo precedida de varias acusaciones de la regidora.—