Por favor no cierres los ojos y da ayuda
Cada vez que veo personas sosteniendo los botes blancos con una cruz roja recuerdo el accidente automovilístico que tuvo hace unos años una de mis hijas.
Cuando recibí la llamada de un desconocido avisando que la chica había tenido un desafortunado choque indicándome el lugar del acontecimiento se me paralizó el cuerpo y me llené de angustia. Llegué al sitio y vi el vehículo con las llantas para arriba, junto estaba una ambulancia de la Cruz Roja.
El corazón me latía con fuerza y el miedo de no saber lo que encontraría me aturdía. A un lado de la camioneta estaba mi hija en una camilla lista para el traslado con dos paramédicos atendiéndola y calmándola. ¡Sentí un gran alivio!
En televisión yo había visto muchas veces esa escena pero en ese momento me estaba tocando vivirla. Era algo que nunca imaginé me pudiera pasar. La verdad es que nadie estamos exentos de sufrir ————— ( *) Escritora algún accidente y requerir ayuda de la Cruz Roja.
En días pasados empezó la colecta nacional 2017 de la Cruz Roja Mexicana con la campaña “Por favor no cierres los ojos”. Cada moneda cuenta para colaborar salvando vidas y rescatar la dignidad humana de quien se encuentra en situación de vulnerabilidad.
Henry Dunant, mientras estaba dedicado a sus negocios en Argelia, viajó al norte de Italia muy cerca de la villa de Solferino, el mismo día en que allí se enfrentaban los ejércitos austriaco, francés y piamontés. Al anochecer, sobre el escenario de la Batalla de Solferino, el 24 de junio de 1859, yacían 40,000 hombres prácticamente abandonados a su suerte.
Dunant vio cómo morían los heridos sin asistencia y, ayudado por gente de los pueblos cercanos, se dedicó a socorrerlos: convenció a la población local para que atendiese a los heridos, sin fijarse en qué bando del conflicto estaban, usando el lema “Tutti fratelli” (Todos hermanos), acuñado por las mujeres de la cercana ciudad de Castiglione dello Stiviere (Provincia de Mantua) ¡Había quedado impresionado!
Al recordar esas escenas, Dunant las plasma en un libro indicando lo que sería el futuro organismo de la Cruz Roja escribiendo textualmente que “… su finalidad será cuidar de los heridos en tiempo de guerra por medio de voluntarios entusiastas y dedicados, perfectamente calificados para su trabajo”.
Desde el primer momento, Dunant concibió estas organizaciones como entes neutrales, dispuestos a prestar ayuda humanitaria a quien la necesitara, independientemente de su raza, nacionalidad o credo. Su idea la recogieron cuatro miembros de la Sociedad Ginebrina de Utilidad Pública que, junto con él, impulsaron el proyecto hasta la constitución formal en 1863 del Comité Internacional de la Cruz Roja.
El día de hoy la Cruz Roja auxilia en catástrofes ocasionadas por fenómenos naturales como huracanes y temblores respondiendo de forma inmediata ante estas situaciones. La labor de esta institución no es sólo la de ayudar en situaciones de peligro y conflictos armados, también presta el servicio de ambulancias de manera altruista.
Cuando veas un bote blanco con una cruz roja, no cierres los ojos ni mires a otro lado, echa unos billetes o monedas, algún día podrías necesitar de su ayuda
ALGÚN DÍA...
¿De dónde obtiene recursos para brindar toda esa ayuda tan necesaria? La Cruz Roja subsiste y se mantiene de las donaciones que recibe de la ciudadanía, de personas como tú y como yo. Cuando veas un bote blanco con una cruz roja, no cierres los ojos ni mires a otro lado, echa unos billetes o monedas, algún día podrías necesitar de su ayuda.— Mérida, Yucatán.