Duarte y el monstruo
Javier Duarte de Ochoa, ex gobernador de Veracruz detenido en Guatemala, debe responder por los delitos que se le imputan y reintegrar al erario los recursos que le sustrajo. Sin embargo, inferir de su sola captura motivos de celebración resulta candoroso o truculento. En Veracruz hubo una vasta operación concertada entre un grupo de funcionarios públicos y de políticos-empresarios para depredar la riqueza de esa entidad. La captura resulta insuficiente.
Y no sólo eso, el hoy detenido encabezó un sexenio donde las muertes violentas aumentaron de 583 en 2010 a 1,258 en 2016 (cifras de Gobernación), y donde “una alianza entre grupos criminales y los más altos niveles del poder político local allanó el camino para una campaña de violencia desenfrenada mediante la captura de las instituciones locales judiciales y de seguridad, garantizando la impunidad de ambas partes”, como lo expresó el Crisis Group en su infor me “Veracruz: reformar el estado de terror mexicano”.
¿Servirá la captura de Duarte para procesar a todos los integrantes de la red de corrupción que desvió recursos públicos, entre otros fines, a la adquisición de inmuebles en Veracruz, Ciudad de México, Estados Unidos y España, a nombre de familiares y colaboradores del entonces gobernador?
¿Servirá la captura para castigar a los protagonistas de esa alianza criminal, bastará para procesar a los autores intelectuales de los homicidios de 17 periodistas, entre ellos Regina Martínez y Rubén Espinosa?
Periodistas, empresarios, dirigentes partidarios, militantes de organizaciones civiles y también la Universidad Veracruzana denunciaron muchos casos de corrupción ————— (*) Periodista y desvío de fondos por parte del hoy ex gobernador. Además, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) presentó ante la Procuraduría General de la República (PGR) ¡54 denuncias! contra el gobierno de Duarte, por irregularidades en las cuentas públicas 2011-2014. ¿Por qué no actuó oportunamente la PGR, por qué fue omiso el gobierno?
El de Duarte fue el gobierno estatal que acumuló más recursos sin solventar entre 2011 y 2015, con un monto de 34,057 millones de pesos. Esas cifras aluden sólo a los dineros de origen federal y habría que agregarle los de origen distinto. Noé Zavaleta, autor del libro “El infierno de Javier Duarte”, calcula en 180 mil millones el monto involucrado en desfalcos, desvíos de recursos, laudos vencidos y partidas presupuestales etiquetadas y no ejercidas.
ESTÁ POR VERSE
El actual gobernador, Miguel Ángel Yunes, considera que las autoridades cuentan con todos los elementos legales necesarios para obligar a Duarte y a sus cómplices a que devuelvan los recursos que se robaron, pero tal cosa está por verse. Es más realista el auditor superior, Juan Manuel Portal, quien admite las dificultades para recuperar el cien por ciento de fondos públicos desviados, aun cuando se encarcele a los responsables.
Adicionalmente, aunque el propio Yunes exculpó a Peña Nieto de proteger a Duarte, lo cierto es que el gobierno de México no ha actuado contra la esposa del ex gobernador, Karime Macías, ni contra otros familiares también involucrados en operaciones turbias.
La prolongada inacción del gobierno federal frente a la depredación presupuestal en Veracruz mueve a suspicacias sobre complicidad y/o encubrimiento. ¿Se trató de una retribución por los favores recibidos para la campaña electoral del hoy Presidente? ¿Debemos olvidar el episodio de los 25 millones de pesos decomisados en Toluca por el gobierno de Felipe Calderón a personeros de Duarte? ¿Va a investigar la PGR el señalamiento de Calderón de que en una cuenta del gobierno de Veracruz entraron y salieron en un año 3,400 millones de pesos en efectivo y con destino desconocido?
Motivos fundados para celebrar la captura de Duarte no existen, o por lo menos todavía no. Uno de los temores es que con Duarte ocurra lo mismo que con Humberto Moreira, ex gobernador de Coahuila, y con Rodrigo Medina, ex gobernador de Nuevo León. Mucho ruido en la detención y pocas nueces en el encausamiento. Como apuntó lapidariamente el periodista Pedro Miguel en un tuit: “El monstruo es el régimen. #JavierDuarte sólo es uno más de sus hijos”. Un monstruo que, inmune a la alternancia, reapareció fortalecido con el retorno del PRI al poder.— Ciudad de México.