Diario de Yucatán

Kate y el gobierno

- CARLOS LORET DE MOLA (*) historiasr­eportero@gmail.com

En enero del año pasado, el día que fue capturado por segunda vez en este sexenio Joaquín “El Chapo” Guzmán, una línea del discurso oficial desató el jugoso apetito de la prensa.

Sin dar mayores detalles, cuando fue presentado “El Chapo” a los medios en el Aeropuerto Internacio­nal de Ciudad de México, se informó que se descubrió “la intención de Guzmán Loera de filmar una película biográfica, para lo que estableció comunicaci­ón con actrices y productore­s”.

¿Hollywood y “El Chapo”? No fue casual la mención aunque no se tratara de lo central del mensaje. Había dos factores. El primero: la víspera de la captura llegó al gobierno federal mexicano la versión de que estaba por publicarse en la revista “Rolling Stone” de Estados Unidos un artículo del actor Sean Penn exhibiendo que él se había reunido con “El Chapo” y que los detalles del encuentro los había acordado con el capo mientras el artista se hospedaba en Nueva York en el mismo hotel en el que se quedó Peña Nieto durante una visita a la ONU. El golpe iba a ser brutal.

ESTRATEGIA

El segundo factor, según mis fuentes: juntar la captura de “El Chapo” con el mundo del cine fue una estrategia colateral diseñada desde Los Pinos para despertar más el morbo del público y a la vez complicarl­e la vida a una actriz que había irritado al gobierno por sus declaracio­nes antiPeña Nieto.

No había terminado de darse la versión oficial de la captura cuando ya circulaba el nombre del vínculo: Kate del Castillo.

Desde ese instante, el gobierno nutrió la versión de que la actriz había cometido un acto ilegal: se dieron a conocer los cariñosos chats de la estrella con “El Chapo”, la visita en la sierra sinaloense, se sugirió que ambos tenían una relación de negocios en torno a una marca de tequila, quizá dinero del narco en la producción de su película.

Ha pasado más de un año y el gobierno federal, que en un inicio declaró que indagaba qué de ilegal había en la relación Kate-Chapo, nunca presentó una acusación formal. Está claro que no tienen nada contra ella: ni un peso de Guzmán Loera en la tequilera, tampoco en la posible película que se planeaba. Y contactar y reunirse con “El Chapo” en la clandestin­idad cae dentro del terreno laboral y personal.

SACIAMORBO­S

Todos los ojos oficiales están en alerta por la sucesión en el Cártel de Sinaloa, por la guerra entre los grupos que quieren heredar el imperio de Guzmán Loera. Inteligenc­ia gubernamen­tal ubica una disputa entre Los Dámasos y los hijos de “El Chapo”. A esta pugna atribuyen el repunte de la violencia en el estado, un repunte que no ha podido controlar el gobierno y en el que, dicen, tampoco ha podido mediar “El Mayo” Zambada para calmar las aguas.— Ciudad de México ————— (*) Conductor del noticiero “Despierta”

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