Cómo aprenden
En la actualidad, en las escuelas se encuentra en discusión la nueva Reforma Integral de Educación Básica (RIEB), la cual es motivo central de interés para las autoridades educativas y del Estado. Lo que compete hacer en las escuelas se establece en los actuales programas de estudio de acuerdo con el nivel al que se refiera, ya sea preescolar, primaria, secundaria o de media superior y superior.
En lo general se plantea el enfoque, concebido por el Estado, como modelo educativo basado en competencias, un enfoque que no ha sido verdaderamente analizado y discutido por los que lo ponen en práctica, y que en la concreción en las aulas se nota que no es asumido como se piensa y discursa desde la propuesta oficial, pero que sin embargo se labora en las escuelas tal como se entiende por competencias. Veamos una referencia en el caso de las primarias.
En mi experiencia como docente y como formador de docentes, me parece interesante reflexionar qué realmente se hace en esos momentos cuando el profesor o profesora enseña desde la concepción del constructivismo (que es lo que se recomienda y lo más buscado en hacer por los profesores), cómo propicia ese contacto con el contenido escolar que trae alguno de los libros, y en casos guías educativas comerciales que “ayudan” al profesor a ser más productivo en tareas para lograr que se aprenda.
En ese momento de interacción contenido-sujeto-maestro es donde ocurre un proceso muy interesante para conocer a fondo, para investigar y llegar a entender qué y cómo le hacen los niños para aprender; en otras palabras, cómo participan para lograr las competencias expresadas en el aprendizaje.
A pesar de que el plan y programas existen sugerencias, mucho de lo que se aprenda, en forma concreta, depende de la capacidad del maestro para facilitar (o entorpecer) ese acercamiento al nuevo contenido; de ahí la importancia de saber con claridad qué se pretende que haga el niño o niña en esas interacciones, cuál será su participación activa para lograr que aprenda lo que se le enseña.
El constructivismo es un enfoque pedagógico muy interesante ————— (*) Asesor académico de la UPN de Mérida para el mejor logro de los aprendizajes. Su principal principio es que es el alumno o alumna quien tiene que construir ese conocimiento, todo ello a partir de la actividad mental que le imprima al objeto de conocimiento, en este caso un contenido escolar.
Una sugerencia de enorme peso para que este aprendizaje sea significativo es que se parta de los conocimientos previos de los niños, que se propicie un enlace de lo que conoce el niño con lo que ha de aprender.
Si esto es cierto, hay que reconocer que mucho de lo que conoce el niño o niña es parte de su conocimiento de estar con su familia, con su comunidad, de las experiencias que ha tenido con sus familiares, pares, amigos y vecinos de su comunidad, de su participación en las prácticas cotidianas, ya sociales o culturales; en una palabra, necesitamos reconocer una parte de su cultura de donde es él o ella.
Por tanto, en ese acercamiento a la cultura es necesario entender que las relaciones que los niños y niñas establecen son parte de ese mundo social y cultural, y que él lo manifiesta en lo que hace o participa cotidianamente. De ahí la importancia de indagar esas interacciones cotidianas en su realidad que pueden dar pauta para entender las construcciones de los niños, de conocer cuáles son esas prácticas sociales y/o culturales en las que participa o lo dejan participar, qué y cómo lo hace.
Entonces en las escuelas se tendrá que pensar qué se enseña, como cuestiona la investigadora Elsie Rockwell: qué pasa con algunos o muchos contenidos que no tienen mucho que ver con la forma de entender de los niños y niñas, qué hacer si el plan y programa ahí lo tiene como contenido básico a enseñar.
Parece una encrucijada en la cual se le deja toda la carga al profesor, es él el que tiene la responsabilidad de lograr ese aprendizaje esperado, plasmado en el programa; pero él cómo lo logra, es un punto que se necesita reflexionar para mejorar y no para cuestionar solamente como se orienta hasta ahora las evaluaciones hechas a los docentes de nuevo ingreso y a los que tienen que refrendar su permanencia.
Es reflexionar para apuntalar sobre cómo mejorar esos aprendizajes de los alumnos y analizar la mejora de las prácticas docentes de los maestros.
El aprendizaje significativo es una meta pedagógica que pudiera llevar a reflexiones sobre cómo mejorar la forma de enseñar; sin embargo, en esa meta es necesario partir de lo que conoce el niño o niña, y nada más es el docente quien puede reconocer o no, lo que el niño sabe, lo que ignora o lo que quiere aprender, puntos relevantes para hacer transformaciones en los aprendizajes escolares. Partir de lo que los niños y niñas aportan requiere de un docente que escuche, que observe cómo participan y quiera explicarse con qué intención lo hace, que entienda lo que los niños y niñas traen como conocimiento, les dé su lugar como sujetos con derecho y capacidad de plantear lo que saben, ignoran y lo que quieren aprender, conocimientos esclarecedores para crear ambientes de aprendizaje que permitan esa interacción más cercana o adaptada a la cultura de los niños y niñas.— Mérida.