Todos son convocados por la Divina Misericordia
Su parroquia en Mérida estará de fiesta el domingo
En la parroquia del fraccionamiento San Ramón Norte se celebrará el próximo domingo 23 a la Divina Misericordia, en una jornada en la que se podrá recibir la indulgencia plenaria.
Ese día se oficiarán misas a las 7,8, 9 y 11 a.m.; 12 i.m. y 1:30, 6, 7:15 y 8:30 p.m.
Los arzobispos titular y emérito de la Arquidiócesis, monseñores Gustavo Rodríguez Vega y Emilio Carlos Berlie Belaunzarán, respectivamente, presidirán las ceremonias eucarísticas de las 12 y las 7:15 p.m.
Como parte de la fiesta patronal, después de las misas de 8 a.m. y 8 p.m. ya se reza la coronilla de la Divina Misericordia. También se hace a las 3 de la tarde.
El domingo, en la capilla del Santísimo Sacramento estará expuesta la reliquia de Santa Faustina Kowalska, apóstol de la Divina Misericordia. Después de cada misa se bendecirán imágenes y objetos religiosos.
Además, ese día al concluir la coronilla de las 3 p.m. se escucharán testimonios y alabanzas y se impondrán manos a cargo del grupo apostólico Bethel, hasta las 5:30. En el marco de la fiesta parroquial habrá una kermés a partir de las 8 a.m.
En honor de la Divina Misericordia se han efectuado peregrinaciones de otras comunidades parroquiales de Mérida y municipios de la entidad, como la de San Antonio de Padua de Ticul, que ayer miércoles estuvo representada por damas integrantes del apostolado de la Divina Misericordia.
Juan Pablo II decretó que se celebrara a la Divina Misericordia el segundo domingo de Pascua. El Sumo Pontífice beatificó a Sor Faustina Kowalska el 18 de abril de 1993 y la proclamó santa el 30 de abril de 2000, exactamente en la conmemoración de la fiesta. En 2002 concedió la indulgencia plenaria a quienes celebraran la fecha, en la que se recuerda la infinita bondad de Dios.
Las integrantes del grupo apostólico de Ticul indican al Diario que en su comunidad ellas son responsables de promover la devoción mediante el rezo de la coronilla, la visita a los enfermos y el servicio en la Eucaristía.
Comparten que la fe las mueve a participar en el movimiento, en que sienten la presencia divina.—