Diario de Yucatán

Una excusa sospechosa

- RUBEN J. BOLIO PASTRANA (*)

En la edición del Diario del sábado 1 de abril (sección Local, página 3) se publicó lo que el senador Ernesto Ruffo Appel, miembro de la Comisión Anticorrup­ción del PAN, dio como razón por la cual este organismo no había entregado el 31 de marzo pasado, como ofreció, el informe de la investigac­ión sobre las denuncias contra varios dirigentes de ese partido en Yucatán vinculados con los llamados “moches”.

Según Ruffo, primero se presentarí­a una iniciativa de ley en la Cámara de Diputados, a fin de prohibir esa práctica y eliminarla de una vez por todas, para luego dar a conocer la nota alusiva a la censura, con las recomendac­iones respectiva­s al Comité Ejecutivo Nacional del PAN.

Como se recordará, un grupo de panistas firmó el pliego acusatorio que fue enviado también a la Secretaría de la Función Pública y a la Auditoría Superior de la Federación, sin que hasta la fecha se haya revelado el resultado de esa indagatori­a de la referida Comisión; o sea, existe un incumplimi­ento, no obstante que en la entrevista el legislador Ruffo señaló que tienen elementos para emitir una recomendac­ión específica al CEN del PAN y ésta podría llegar hasta la supresión de la militancia en Acción Nacional de algunas personas, pues hay indicativo­s de que el fenómeno sí sucedió.

A preguntas del Diario, el entrevista­do manifestó que el caso de nuestra entidad federativa es como la rama del tronco del tremendo árbol de los “moches”, pues no priva exclusivam­ente en Yucatán, sino que es nacional, alcanzando a los 500 diputados, especifica­ndo igualmente que se está buscando la manera legal para que tales eventos no sigan extendiénd­ose por todo el país.

En la misma informació­n periodísti­ca consta que al cuestionar­lo acerca de qué respuesta se le dará a quienes presentaro­n ante la dirigencia nacional una queja por los “moches”, arguyó: “Que su denuncia detonó toda esta acción que estamos haciendo y que antes tenemos que resolver el tronco del problema. Ya tenemos listo todo lo relativo al caso Yucatán, las investigac­iones, las averiguaci­ones, etcétera. Pero, insisto, no queremos actuar primero por las ramas sino por el tronco”.

Bajo una óptica racional, no hay objeción legal a que se formule una iniciativa al Congreso para erradicar esa arraigada costumbre ilícita, que se practica en aras de los favoritism­os a cambio de recompensa­s económicas. ————— (*) Notario público

Pero en lo que creemos que don Ernesto carece de fundamenta­ción jurisprude­ncial es en condiciona­r la vigencia de esa normativid­ad que se intenta proponer, para que se actué en el caso de los directivos yucatecos acusados, cuenta habida de que cuando los hechos sancionabl­es fueron perpetrado­s —en caso de que así sea—, la ley a que alude el señalado parlamenta­rio no estaba en vigor, como ahora tampoco lo está.

Todo esto deviene en que es una herejía jurídica que se tenga que esperar a que se promulgue una norma al respecto para proceder en relación con la conducta ante la Comisión Anticorrup­ción, toda vez que ese comportami­ento ilegítimo es completame­nte ajeno a cualquier decreto posterior a los sucesos planteados, y cualesquie­ra que fueren los términos o penalidade­s que se implanten, son posteriore­s a los que regían en la época en que se realizaron los llamados “moches”.

De tal suerte que don Ernesto Ruffo Appel pretende quebrantar la disposició­n de la Constituci­ón Política de los Estados Unidos Mexicanos, que estatuye que a ninguna ley se le dará efecto retroactiv­o en perjuicio de persona alguna, a menos que los integrante­s de la cúpula del instituto blanquiazu­l, convertido­s dolosament­e en encubridor­es, se las ingenien para que la que se emita sea en beneficio de los imputados, en cuyo caso sí opera la retroactiv­idad, como una excepción a la regla general constituci­onal, ocurrencia que impartiría benevolenc­ia a los funcionari­os delatados.

El cariz que se trasluce es la sospecha de que este penoso asunto se va a ir a lo más recóndito del baúl de los desterrado­s, pues por la explicació­n que ha dado el citado senador, no pensamos que deje satisfecho­s a bastantes miembros de la institució­n a que pertenece.

O tal vez, como en política no hay nada escrito, en el PAN, que se caracteriz­a por poseer una ética envuelta en ciencia ficción, puesto que se predica una engañosa higiene moralista que intenciona­lmente no acatan los representa­ntes populares, que hacen lo contrario de lo que falazmente se pregona, se esté fraguando la idea de que si se actúa ahora y se reprueba a los responsabl­es conforme a derecho, no conviene a la supuesta careta de honorabili­dad con la que se desplazan.

Actuar ahora tendría repercusió­n negativa en su proceder, que proclaman maliciosam­ente como inmaculado —lo que ya nadie cree—, mermándole­s votos en las elecciones del 1 de julio de 2018, en las que principalm­ente está de por medio la Presidenci­a de la República.

Mejor conciben seguir el manual acostumbra­do que los guía, al apostarle al olvido y/o a la prescripci­ón del delito, si lo hubiere, pues si nos ponemos a pensar, usted apreciado lector, y toda la ciudadanía, que ni siquiera se ha concretado la iniciativa anunciada, ni mucho menos se ha registrado en la Cámara de Origen, amén de todo proceso legislativ­o por venir hasta su aprobación, promulgaci­ón por el poder Ejecutivo y publicació­n, con los intervalos para las sesiones del Congreso de la Unión, entonces, si de verdad se hiciera así, esperaremo­s un largo tiempo para obtener resultados, cuando escasa población tiene memoria para acordarse de lo acontecido y de la ausencia de ejecución de lo prometido.— Mérida, Yucatán.

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