Una voz le pide aceptar cirugía
Sexagenario dice que le hablaron al rezarle a la Virgen
TZUCACAB.— El sexagenario Claudio Suárez Naal asegura que un día que le rezaba a la Virgen de Guadalupe mientras pasaba por una situación difícil una voz le pidió que firme la autorización para que le amputen la pierna y siga viviendo.
Suárez Naal dice que hace dos meses se lesionó el pie derecho con un alambre y, como es diabético, se le infectó y lo internaron en el Hospital O’Horán, en Mérida, donde los doctores le diejeron que debían cortarle la pierna o de lo contrario podría perder la vida.
—Era una decisión difícil y comencé a hacer oraciones a la Virgen de Guadalupe —relata—. Estaba orando cuando una voz me dijo que iba a salir con vida, solo tenía que escribir en el papel que me den los doctores.
TZUCACAB.— Claudio Suárez Naal, de 60 años de edad, relató que durante un momento difícil, en que le rezó a la Virgen de Guadalupe, sintió que le tocaron la cabeza y escuchó una voz que le dijo que firme la autorización para que le corten la pierna y así salve su vida.
El sexagenario explicó que hace poco más de dos meses fue a leñar, cuando volvió sintió que al caminar le ardía el pie derecho, por una lesión con alambre de púas.
—Debido a que soy diabético, un pedazo de alambre que se quedó adentro de mi pie y se infectó —dijo.
Acudió al Centro de Salud y le curaron el pie, pero en 15 días empeoró: se comenzaron a “morir” dos dedos.
Una maestra lo apoyó pagando su transporte a Oxkutzcab, pero en esa clínica no funcionaba ningún equipo para que lo atiendan.
Traslado médico
—Con el apoyo de una patrulla municipal me llevaron a la 1 de la mañana al Hospital Agustín O’Horán, de la ciudad de Mérida —explicó Suárez Naal.
—Después de ocho días los doctores me dijeron que había dos opciones: cortarme el pie para salvarme de la muerte o esperar que un dolor ocasione mi muerte.
—Lo estuve pensando, era una decisión muy difícil y comencé a hacer oraciones a la Virgen de Guadalupe en el hospital para que me ayude a saber qué decisión tomar.
—Estaba orando cuando sentí que me tocaron la cabeza, pensé que eran los compañeros que estaban ahí, pero cuando abrí mis ojos no vi a nadie —expresó.
—Volví a cerrar los ojos y continúe mi oración, me volvieron a tocar y escuché una voz que decía que iba a salir con vida, solo tenía que escribir en el papel que me den los doctores. Entendí que era firmar el permiso para que me corten el pie.
—Después tomé la firme decisión de perder mi pierna y todo salió bien. Al regresar a mi casa me quedé sin trabajo y me endeudé con las tortillas y agua purificada, pero los dueños me perdonaron casi toda la deuda por mis condiciones y comenzaron a llegar “los ángeles en persona”, quienes me ayudaban con despensas, entre ellos los de la parroquia de San Francisco Javier.
Apoyos
—El Ayuntamiento me va a construir un cuarto, ya que vivo en una casita de paja; también me entregaron una silla de ruedas, pues rentaba una para moverme, y me van a apoyar con despensas —puntualizó el sexagenario.—