Erika de la Rosa disfruta su papel en “Caer en tentación”, al considerar que los villanos dan el “sabor” de una historia.
Erika de la Rosa busca ser versátil en cada proyecto
Si alguien disfruta de la interpretación es Erika de la Rosa a quien no le importa ser “la mala del cuento”, tal como lo está haciendo actualmente en la telenovela “Caer en tentación”, que concluirá transmisiones el 11 de febrero próximo.
La actriz subraya que gran parte de una historia se soporta en los personajes antagónicos y por lo tanto se requiere mucha energía, para encarnarlos.
“No nada más se trata de repetir ‘ñaca, ñaca’ y hacer sufrir al protagonista”, expone la intérprete de Alina del Villar en esta producción de Giselle González, a quien agradece por poner este personaje en sus manos, ya que considera que le ha hecho brillar ante el público.
“Sin los antagonistas no se lograrían finales impactantes y tan emotivos y por lo tanto es una gran responsabilidad (...) Ha sido una muy buena experiencia. No me puedo quejar, ha sido un gran proyecto que al público le ha gustado mucho”.
Gran impacto
De hecho, recuerda que el domingo pasado, mientras estaba en Cancún, una pareja se le acercó para pedirle un autógrafo y preguntarle quién mató a Carolina.
“Son esas vivencias en las que uno se da cuenta hasta donde llega el impacto de una producción y un personaje”, comenta la actriz, que suma con 15 años de trayectoria y varios papeles antagónicos en melodramas como “La hija del jardinero”, “Montecristo”, “El Señor de los Cielos” y “Eva la trailera”, entre otras.
Considera que la mejor enseñanza que le deja este proyecto es el seguir confiando en su intuición, pues justo antes de aceptar el personaje tenía otros dos proyectos en puerta. Sin embargo, admite que “Caer en tentación” le ofrecía una buena historia, además de la oportunidad de trabajar con Giselle, así como un “cambio de casa”, pues le abrió las puertas de Televisa, donde —asegura— la recibieron muy bien.
“Fue como el primer día de la escuela nueva, con emoción y nerviosismo”, expone en relación a su debut en la televisora de San Ángel.
Siempre en crecimiento
Sobre los papeles antagónicos, detalla que no los ha buscado, sino que el destino la ha llevado a ellos, por lo que no se arrepiente de ninguno de ellos, siendo que le han
brindado proyección, experiencia y crecimiento personal y profesional.
Incluso, cada que concluye un proyecto —explica— intenta tomarse tiempo para “sacudirse” el personaje y seguir preparándose en el plano profesional con talleres y cursos de actuación, a fin de no encasillarse y aportar algo nuevo en cada una de sus interpretaciones.
En el futuro
Erika confiesa que uno de sus anhelos es que “cuando sea viejita, arrugada y la abuelita de todos”, le gustaría que la recuerden como una buena actriz que la dio vida a distintos personajes e historias, no sólo como villana.
Además, comparte que ya tiene en la mira algunos nuevos proyectos.
“La televisión está cambiando. Hay muchas plataformas, contenidos e historias por contar”, concluye la intérprete.—