Extraña muerte
La Fiscalía investiga la repentina muerte de un procesado por un robo en Progreso.
La repentina muerte de un hombre sujeto a proceso judicial, que fue detenido por la Policía Municipal de Progreso por robo, dio pie a una investigación de la Fiscalía para determinar las causas del fallecimiento.
La necropsia reveló que la causa de la muerte fue traumatismo craneoencefálico. Sin embargo, la Fiscalía General del Estado está integrando la averiguación para determinar si hubo alguna responsabilidad de los agentes de la Policía Municipal.
De acuerdo con un parte de la corporación municipal, José Luis Otero Huerta, originario de Querétaro y con amplio historial delictivo en Progreso, durante una persecución cayó y golpeó la cabeza con el pavimento, lo que le habría causado la herida mortal.
La versión de los agentes progreseños es apoyada por un supuesto testigo, víctima del ladrón.
Otra versión que trascendió es que la mortal herida en la cabeza habría sido con las llamadas macanas para que confesara una serie de robos ocurridos en el puerto, pero a los oficiales “se les pasó la mano”.
No es el primer caso polémico en que se ven involucrados los policías municipales de Progreso.
La Fiscalía confir mó que el caso se investiga por hechos posiblemente delictuosos.
Además se supo que cuando los agentes municipales pusieron a disposición del Ministerio Público al ahora occiso su estado de salud era grave, por lo que lo ingresaron al Hospital Agustín O’Horán, en Mérida, pero por la gravedad murió.
El año pasado Otero Huerta, de 37 años, estuvo involucrado en al menos seis robos a casas habitación y negocios del puerto; cuando lo consignaban ante el juez, lo dejaban en libertad por falta de elementos.
A principios de enero Otero Huerta fue detenido en flagrancia cuando salía de robar en un negocio. El sujeto estaba borracho y drogado, por lo que fue puesto a disposición del Ministerio Público y a su vez remitido ante un juez de control.
Tras analizar el caso y determinar que la cantidad del hurto era mínima, el juez negó la prisión preventiva y en su lugar dictaminó que acudiera a firmar la primera semana de cada mes, que no se acercara a la víctima ni a su negocio y que no podía salir del estado sin autorización.
Dos semanas más tarde murió de manera por demás extraña, cuya causa se investiga y una de las hipótesis es abuso de autoridad y tortura.—