¿Tapadera de corruptos?
Aunque formalmente la Procuraduría General de la República (PGR) es un organismo independiente, en la práctica, y más bajo el actual gobierno, parece seguir “a pie juntillas” las órdenes del Presidente”.
El despido del fiscal de la Fepade (Fiscalía Especial para la Atención de Delitos Electorales) por comentar que no aceptaría chantajes de los involucrados en la recepción ilegal de millones de dólares, entregados por la compañía brasileña Odebrecht para financiar en 2012 la campaña del entonces candidato a la presidencia por el PRI a cambio de contratos con sobreprecios en Pemex, es una muestra de la ausencia de independencia de la PRG del Ejecutivo.
Cualquier presunto delito federal no llega a los tribunales federales si altos funcionarios del Ejecutivo o el Presidente no le dan el visto bueno a la PGR o les prohíben tocar un expediente.
El Auditor Superior de la Federación (ASF) señaló que, durante los últimos años, de todos los expedientes entregados a la PGR sobre presuntos desvíos de recursos públicos por funcionarios federales, el 97% no fue consignado a jueces del Poder Judicial Federal. Solo consignaron el 3%, y varias de esas consignaciones mal hechas, en tal forma que fuera fácil para un abogado lograr la libertad de su cliente argumentando violaciones al “debido proceso”.
En algunos casos la PGR ha coadyuvado en la detención de gobernadores corruptos por la presión de la opinión pública y las peticiones de gobernadores de oposición en esos estados, como sucedió con los “exgobers” de Quintana Roo y Veracruz.
En otros casos, aunque existen pruebas del ilícito, como es el caso del exdirector ————— (*) Profesor de Economía Política de Pemex y del exgobernador de Chihuahua, presuntamente hay órdenes de la Presidencia a la PGR de congelar esos casos, pues exhibirían que las ayudas que entregó la compañía brasileña o una parte de lo que se robó el “exgober” priista de Chihuahua fue para financiar la campaña del actual residente, lo que en la antesala de la elección presidencial le restaría más votos al PRI, y lo sumirían todavía más en su tercer lugar en las preferencias de los votantes en las próximas elecciones.— Ciudad de México.