Fiesta y revés.
La Cámara Baja aprueba fondos para el muro
El presidente Donald Trump celebró ayer el Día de la Independencia Griega en la Casa Blanca, pero recibió un revés de la Cámara Baja, la cual aprobó menos dinero del que él solicito para el muro fronterizo
WASHINGTON (EFE).— La Cámara de Representantes aprobó ayer una ley presupuestaria de 1.3 billones de dólares, que incluye una cantidad menor de fondos para el muro que la que pidió el presidente Donald Trump y no contiene ningún tipo de solución migratoria para los jóvenes indocumentados llamados “dreamers”.
La ley logró ser aprobada con 256 votos a favor y 167 en contra en la Cámara de Representantes y ahora pasa al Senado, que debe dar su visto bueno antes de la medianoche del hoy para evitar que el gobierno se quede sin fondos e incurra en el que sería su tercer cierre parcial administrativo desde enero.
El proyecto logró ser aprobado en la Cámara de Representantes a pesar de la revuelta del ala más dura de los republicanos, que abogan por una mayor disciplina presupuestaria y amenazaron con bloquear la propuesta porque aseguraban que tuvieron poco tiempo para revisar sus 2,232 páginas.
El texto, hecho público el miércoles, adjudica fondos a las agencias gubernamentales hasta septiembre próximo y forma parte del pacto presupuestario de dos años que demócratas y republicanos alcanzaron en febrero con el fin de acabar con las leyes de fondos provisionales, que les han valido numerosas críticas.
La Casa Blanca aseguró ayer que el presidente apoya la ley y que la firmará para que entre en vigor, a pesar de que no incluye algunas de sus polémicas exigencias.
Restricciones
La ley incluye 1,600 millones de dólares para el muro, lejos de los 25,000 que pedía Trump, y además impone importantes restricciones sobre cómo el gobierno puede gastar esos fondos.
En concreto, el proyecto establece restricciones sobre la cantidad de kilómetros de muro que pueden construirse o dónde puede ubicarse, determinando por ejemplo que, de los 1,600 millones de dólares, 251 millones deben emplearse en renovar la doble verja que ya existe entre San Diego (California) y Tijuana (México).
Pese a las presiones de los legisladores demócratas, el acuerdo no ofrece una solución para los “dreamers” y que habían estado protegidos de la deportación por el programa de Acción Diferida para los Llegados en la Infancia (DACA).