Ignoran a Trump
Más de siete mil migrantes siguen rumbo a EE.UU.
Miles de hondureños continúan una titánica caminata por territorio mexicano con destino a Estados Unidos, desafiando nuevas amenazas del presidente Donald Trump de cortar la ayuda a Honduras, Guatemala y El Salvador, en represalia por el imparable éxodo migrante.
Con escasas pertenencias y llevando niños y bebés a cuestas, más de 7,000 migrantes, según estimaciones de la ONU, reanudaron su marcha poco antes de mediodía hacia el norte de México desde Tapachula, Chiapas.
HUIXTLA (AP).— Después de medio día de exhaustiva caminata que les permitió avanzar unos 45 kilómetros por el sur de México, un primer grupo de migrantes centroamericanos alcanzó ayer el municipio de Huixtla, en el estado de Chiapas.
Recién llegados desde Tapachula, y tras haber soportado un sol ardiente, rápidamente buscaron lugares con pasto en una plaza pública para pasar la noche.
Marlon Aníbal Castellanos, un antiguo chofer de camión de 27 años y originario de San Pedro Sula, Honduras, estaba ocupado colgando pedazos de plástico de un árbol para improvisar un refugio para su esposa y sus dos hijos, un niño de seis y una niña de nueve.
“Es difícil viajar con niños... hoy caminamos seis horas”, dijo. Después ya no pudieron más y tuvieron que pagar 25 pesos a un camión que pasaba para que pudiera transportarlos lo que faltaba del camino hasta Huixtla.
“Es peligroso, no hay ambulancias y si los niños se desmayan, se pueden morir porque no hay ayuda (médica)”, agregó. “Hoy vimos que un señor murió cuando se cayó de un camión. Ahora vamos a poner un carpa para poder descansar”, indicó antes de cambiar a su hijo el primer pañal del día.
En el camino, muchos mexicanos trataban de ayudar a los migrantes —en su mayoría hondureños— y ofrecían agua, artículos de aseo personal y ropa donada a quienes veían pasar por las orillas de la carretera.
Tras haber descansado antes en Tapachula, otra ciudad del sur de México, miles de migrantes reanudaron temprano su marcha a Estados Unidos pese a las nuevas amenazas del presidente Donald Trump.
La caravana, que partió hace más de una semana con menos de 200 migrantes, fue atrayendo más personas a su paso y la ONU estimó que ahora podría haber unas 7,200 personas. El portavoz adjunto del organismo, Farhan Haq, dio la cifra a periodistas en la sede de la organización en Nueva York y dijo que la Organización Internacional para las Migraciones informó que un gran número de personas seguían llegando ayer a territorio mexicano.
Cooperación
“Los Estados de la región deben cooperar para resolver la situación”, indicó Haq, quien agregó que el Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) envió un equipo de emergencia a las ciudades mexicanas cerca de la frontera con Guatemala. El objetivo del equipo es brindar a los miembros de la caravana la información adecuada sobre el sistema de asilo de México, así como asesoramiento legal y asistencia.
Las autoridades de Guatemala dijeron que otro grupo de 1,000 migrantes había ingresado a ese país desde Honduras.
Carlos García Urbina, de 28 años y originario de Tocoa, contó que estaba cortando el césped del jardín de la casa de su padre cuando escuchó pasar la caravana.
“Dejé las tijeras y todo allí en el suelo y me fui a juntar a la caravana con 500 lempiras
(unos 20 dólares) en el bolsillo”, dijo. “Vamos a la tierra prometida”.
El hondureño José Aníbal Rivera, un guardia de seguridad desempleado de San Pedro Sula de 52 años, cruzó a México en balsa el domingo y caminó hasta Tapachula desde Ciudad Hidalgo para unirse a la caravana. “Vienen como 500 personas más atrás de mí”, dijo.