La otra cara del conflicto
Empleados de la granja porcícola levantan la voz
Quienes no fueron escucharon por el conflicto de Homún y la megagranja porcícola son las familias de los trabajadores de esa planta, que desde fuera del Congreso ayer pedían hablar con los diputados locales, pero éstos no los recibieron.
Señoras acompañadas de sus hijos y hasta algunos trabajadores portando pancartas de protesta por el cierre de la granja porcícola pedían ser escuchados en la sesión de la Comisión Especial Plural Provisional que ayer se reunió en el Congreso con las partes en conflicto, autoridades, académicos y especialistas.
“Mi familia depende de la granja”, “Castigo a los cenoteros” y “La empresa al menos nos da Seguro Social, los cenoteros no” fueron algunas frases que se leían en las pancartas de protesta.
Según gritaban las señoras, los agitadores del pueblo son los cenoteros, no los trabajadores de la granja, y no se ponen a pensar que al menos esa empresa les da empleo y por lo mismo ya
cuentan con Seguro Social, ni atención médica.
Por cierto, en la reunión Ricardo Díaz Montes de Oca, representante de la empresa, dijo que instalaron un dispensario médico para la población, que trabaja de lunes a viernes, entre otros apoyos que ofrecen a la población.
Los inconformes señalaron que los cenoteros son exalcaldes que en su administración se apropiaron de los cenotes y hoy los explotan en su beneficio, y no de quienes viven en Homún.
Sin ser atendidos por los diputados, alrededor de las 15 horas los inconformes se retiraron como llegaron, a bordo de dos autobuses de la Alianza de Camioneros.—