Manos a la obra
El campo no tiene tiempo que perder. Ajeno al bullicio urbano, aquí no hay vuelta de hoja: quien no produce se queda sin alimento familiar, pierde su patrimonio. Bajo el sol, ya sea en la tierra o en el mar, para las familias del sector rural es impostergable el trabajo coordinado y respetuoso de sus nacientes autoridades.
El engranaje está completo. El gobierno de México 2018-2024 asumió sus funciones el sábado pasado. El gobierno del Estado lo hizo el 1 de octubre. Los alcaldes yucatecos entraron en funciones en septiembre. Los tres niveles de autoridad institucional ya asumieron sin contratiempo los encargos emanados de las elecciones del 1 de julio.
Así como para cada uno de nosotros llega el momento de levantar las anclas del pasado para vivir el presente, para cada servidor público es tiempo de suspender sus legítimas aspiraciones futuras y concentrarse en el aquí y ahora de Yucatán.
Ni siquiera se ha empezado a trabajar en forma y ya se arman “proyectos” para los cargos a disputar en las votaciones de 2021 y 2024.
Arrancar con aparatos burocráticos y presupuestos heredados de otras administraciones no es pretexto para seguir en campaña disfrazada, seguir con anuncios y acciones que tienen como objetivo el electorado y no la ————— (*) Empresario. Presidente de la Fundación Produce Yucatán, A. C. sociedad, sin acciones concretas para la urgente reconstrucción social, política y económica de la entidad y del país. Transitamos un lapso que se debe aprovechar para aceitar los equipos de trabajo, para embonar proyectos y programas, para la coordinación, el respeto entre autoridades emanadas de distintas siglas y colores. El objetivo debe ser arrancar con fuerza 2019.
El veredicto popular se emitió el 1 de julio y, nos guste o no su resultado, todos somos pasajeros del mismo barco. No podemos contribuir al naufragio. Nuestras energías y nuestro tiempo se tiene que concentrar en propuestas y en trabajo. No podemos perder los siguientes seis años en enfrentamientos estériles, en expresiones de odio, en estancamiento, en millonarias partidas del erario destinadas a la estrategia mediática colgada de alfileres, en el culto al ego por encima de las instituciones.
El cambio empieza en uno mismo, en cada yucateco. Debemos aprender a trabajar en equipo, en responsabilizarnos de nuestros actos, en mantener una crítica constructiva. Tampoco se trata de aplaudir mecánicamente a los funcionarios en turno, sin señalar ni corregir errores propios de cualquier ser humano.
Para las familias del sector rural 2018 ha sido un año durísimo, muy difícil. Muchos campesinos, ganaderos, agricultores, pescadores y hasta agroindustriales están en condiciones de supervivencia por la parálisis propia de una rotación sexenal.
Aquí, en el campo, no hay “chairos” ni “fifís”, sólo hay trabajo y esfuerzo. Y esperanza, pues hay confianza en que los nuevos funcionarios de los tres niveles entiendan que el campo es la base de todo desarrollo: si se le abandona, estamos condenados a la dependencia, a la pérdida de la soberanía nacional.
En el año que agoniza, el presupuesto destinado al campo fue de 64,350 millones de pesos, seis mil millones de pesos menos que los de 2017. Todavía así, actualmente el 78.5 por ciento de las exportaciones agrícolas tienen como destino Estados Unidos, pero tras la reciente negociación del Tratado México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), el sector tiene la oportunidad de estrechar relaciones comerciales con países como China, India, Corea del Sur, Argentina y Brasil.
A nivel nacional, el campo genera siete millones de empleos y es factible de aumentar esa cifra a un ritmo de 15 por ciento anual, con apoyos que catapulten la producción rural. De hecho, tenemos un campo de oportunidades para ser, en los próximos diez años, de los primeros siete exportadores mundiales.
Tenemos confianza en lograr esas metas, pues en la Secretaría de Agricultura y Desarrollo Rural del Gobierno Federal y en la Secretaría de Desarrollo Rural del gobierno del Estado los equipos se conforman de profesionales y expertos en su ramo, con pleno conocimiento de la realidad del campo y vocación de servicio.
En este periodo de transición encontramos en ambas dependencias apertura, voluntad de diálogo y profundas convicciones de erradicar prácticas paternalistas para impulsar un cambio basado en la transferencia de tecnología, para que el conocimiento de nuestros investigadores respondan al desarrollo rural.
Ya en una visita al Centro Nacional de Investigación y Transferencia de Tecnología, la casa de la Fundación Produce Yucatán, A. C., el gobernador Mauricio Vila Dosal recalcó la importancia de enseñar a la gente del campo nuevas tecnologías y dotarla de los insumos y la capacitación que le permita salir adelante.
Para despedir este encuentro semanal, unas palabras de José Mujica, expresidente de Uruguay: “En el campo venezolano no hay nadie, no hay una cabeza de ganado, no hay nada; la gente se fue a las ciudades de la costa y se perdieron los oficios; en esas condiciones, cuando se produce la crisis del precio del petróleo, Venezuela queda descalza porque no tiene producción interna de comida y eso no se arregla por arte de magia. (El presidente Nicolás) Maduro no puede resolver el problema de la falta de comida porque no se inventa a los agricultores”. Un país que pierde a sus agricultores y ganaderos lo pierde todo.— Mérida, Yucatán. a esta prestación.
¿Aunque ya no trabaje en la empresa puedo cobrar mi aguinaldo?
No importan las razones por las cuales dejaste de trabajar, si no te pagaron la parte proporcional que te correspondía, puedes reclamarlo en el plazo de un año.
Los trabajadores tendrán derecho a su aguinaldo anual que deberá pagarse antes del 20 de diciembre, equivalente a 15 días de salario por lo menos. Por lo tanto, si juan percibe $6,000 mensuales en efectivo su aguinaldo de 15 días equivaldría a la mitad, es decir, $3,000. ¿Y a ti ya te pagaron tu aguinaldo?— Mérida, Yucatán. Instagram: ruben.osorio.82 ————— (*) Abogado. Titular del despacho jurídico Rubén Osorio & Asociados. Catedrático y conferencista